Para Anif, una medida necesaria que requiere el mercado laboral colombiano es reglamentar adecuadamente la contratación y cotización por horas.
De igual forma, se debe cambiar la fuente de financiamiento de los aportes a salud, recaudando estos recursos a través de impuestos.
Las altas y persistentes tasas de desempleo e informalidad que han caracterizado al mercado laboral colombiano a lo largo de su historia se deben principalmente a los elevados costos de la contratación formal y de la creación de empresas formales.
Con el paso de los años se ha sustituido el empleo asalariado, que en su mayoría es formal, por empleo por cuenta propia, en su mayoría informal, debido a los altos costos del empleo formal.
Adicionalmente, el empleo por cuenta propia en Colombia se caracteriza por ser de mala calidad, porque se ha convertido en una alternativa de escape al no poder ingresar al empleo formal de buena calidad.
Por lo anterior, el Centro de Estudios Económicos Anif plantea, en su informe Ideas para el plan para el Plan de Desarrollo Nacional: pensiones, mercado laboral y educación, una serie de propuestas acordes al mercado laboral actual del país, para que la situación mejore.
Una primera propuesta es cambiar la fuente de financiamiento de los aportes a salud, recaudando esos recursos a través de impuestos generales en vez de por medio del empleo formal. Para el 2021 el recaudo por cotizaciones era de 18,9 billones de pesos (37 % de los recursos del sistema).
Para llevar a cabo esta recomendación se propone adelantar una implementación gradual, comenzando por los grupos más afectados como las mujeres y los jóvenes.
Otra medida importante y necesaria es reglamentar adecuadamente la contratación y cotización por horas, según Anif:
Actualmente, la gran mayoría de las personas que trabajan menos de 42 horas a la semana (más del 35 % en Colombia) se concentran, por definición, en la informalidad y no existe un mecanismo claramente reglamentado que les permita aportar a la seguridad social.
Por lo anterior, para la entidad es importante implementar un esquema de salario mínimo diferencial por región, para que cada región se ajuste a su realidad en términos de productividad.
Las regiones que deban incrementar su salario mínimo más que proporcionalmente al comparar al resto del país, lo harán de manera gradual ajustando también por la inflación correspondiente.
Por el contrario, aquellos que tienen un salario mínimo muy alto en comparación a su productividad deberán ajustar el salario mínimo anualmente únicamente con la inflación (sin ningún punto adicional), mientras que con el transcurso de los años se irán ajustando a un nivel adecuado.
Deben estar encaminadas a incentivar el trabajo de mujeres en sectores altamente generadores de empleo, eliminar las diferencias legales entre el empleo femenino y masculino, por ejemplo, con una licencia de maternidad compartida equitativamente, dar acceso a herramientas para el cuidado infantil y a liberar tiempo productivo con acceso a tecnología.
En este aspecto, la entidad enumera una cantidad de temas fundamentales:
Con las medidas anteriores, la idea sería reducir la tasa de desempleo en las mujeres a 11,2 % para el promedio del año 2026. Anif explica en su análisis:
De esta forma se reduciría el desempleo de mujeres a los niveles a los que hubiera llegado en ausencia de la pandemia. Así mismo, se podría implementar una meta parcial de 12 % para el promedio de 2024.
De igual forma, se reduciría la tasa de desempleo en los jóvenes a 15 % para el promedio del año 2026, tasa tendencial que se hubiera alcanzado en ausencia de la pandemia.
También propone generar 1,5 millones de empleos asalariados para 2026.
Así llegaríamos a los 11 millones de empleados asalariados, mayoría formales. De igual manera, se puede poner una meta parcial de 1 millón de empleos formales adicionales para 2024.