Paola Ríos afirma que el 2021 fue un éxito en crecimiento económico, pero no en recuperación de empleo.
En 2022 habrá menores tasas de crecimiento y mayores costos salariales para crear empleos formales, lo que hará difícil reducir los altos índices de desempleo.
Paola Ríos, magíster en Economía de Tilburg University e investigadora del Observatorio Laboral de la Universidad Externado de Colombia, analiza en ¿Qué pasará con la economía colombiana en este año? lo que se puede esperar a nivel de crecimiento económico y de empleo para este 2022.
El año anterior Colombia superó las expectativas de recuperación económica, por lo que la OCDE, el Banco de la República y el Ministerio de Hacienda cambiaron sus perspectivas sobre el crecimiento que se dio en 2021.
El PIB habría aumentado entre 9,5 % y 9,8 %, con lo que la actividad productiva habría llegado a los niveles previos de la pandemia, esto desde el punto de vista de Ríos se podría explicar por la disminución de las medidas restrictivas y el aumento del gasto de los hogares.
Sin embargo, cuando el tema de trata de empleo las cifras son mucho menos alentadoras. En noviembre de 2021 había un millón menos de personas ocupadas que en el mismo mes de 2019. Ríos afirma que desde la OCDE se pronostica que los niveles de empleo previos a la pandemia solo podrán alcanzarse a mediados de 2023.
Ríos piensa que el crecimiento económico este año será más bajo que el de 2021, pues este récord histórico fue sobre todo un fenómeno estadístico. Esto explica:
La alta tasa de crecimiento en el 2021 respondió en gran parte a que el rebote en la actividad económica permitió retornar a niveles ligeramente más altos que los que se observaron antes de la pandemia.
Ella espera que las presiones inflacionarias hagan que se presenten alzas de las tasas de interés por parte del Banco de la República u otras medidas que encarezcan el endeudamiento. «Además, es probable que la inflación tenga un efecto negativo sobre el consumo», dice.
Por lo anterior, los pronósticos sugieren que el crecimiento del PIB oscilará entre el 4 % y 5 %.
En el contexto colombiano, un aumento superior a la suma de la productividad y la inflación puede tener efectos negativos para las empresas, lo cual puede a su vez dificultar la creación de empleos formales.
Al analizar el empleo, para Ríos hay empresas que ya se encuentran en una encrucijada por la disminución en la demanda de sus productos por la crisis sanitaria, sumado a los altos precios de los insumos, la maquinaria y el aumento de los costos salariales.
El aumento del salario mínimo podría hacer difícil que las empresas poco productivas ofrezcan empleos formales. «Además, el reajuste del 10 % podría estimular la inflación, afectando especialmente la capacidad de compra de los trabajadores informales que tienen ingresos bajos», analiza.De hecho, en 2021 la inflación para los hogares de ingresos bajos fue 2,5 puntos porcentuales superior a la de los hogares de ingresos altos.
El aumento del salario mínimo, sin embargo, también podría tener un efecto positivo, pues los nuevos ingresos seguramente se traducirán en un mayor consumo por parte de los hogares. El aumento de la actividad económica también podría promover la creación de nuevos empleos.
Ríos advierte que el Gobierno anunció que el Programa de Apoyo al Empleo Formal –Paef–, que otorgaba subsidios a la nómina del 40 % o el 50 %, ha llegado a su fin. De igual forma, el impuesto al consumo ha vuelto al escenario tributario.
Por su parte, el programa Nuevo Empleo, el cual otorga máximo el 25 % del salario mínimo a los empleadores que contraten nuevos trabajadores, se mantendrá vigente.