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Coyuntura laboral en Colombia: puestos informales se recuperan más rápido que los formales


Coyuntura laboral en Colombia: puestos informales se recuperan más rápido que los formales
Actualizado: 9 noviembre, 2020 (hace 3 años)

Cristina Fernández explica que por ahora el empleo presenta una recuperación, pero con una participación alta del trabajo informal.

Entre abril y septiembre, el número de personas desempleadas aumentó en 1,6 millones al llegar a 4,2 millones de colombianos.

Fedesarrollo presentó el 3 de noviembre de 2020 el webinar Empleo en Colombia: agenda para la décadaen el que se presentaron los cambios ocurridos en el mercado laboral nacional. A propósito, la entidad afirma que es el momento de realizar reformas.

Desde la entidad se ha advertido que se deben proponer reformas laborales, las cuales faciliten la recuperación del empleo y permitan llegar a un equilibrio en el mercado, cuyas falencias han quedado en evidencia con la crisis causada por el COVID-19.

Para la economista e investigadora de Fedesarrollo, Cristina Fernández, quien intervino en este webinar, entre abril y septiembre de este año el número de personas desempleadas aumentó en 1,6 millones al llegar a 4,2 millones de colombianos, lo que se traduce en un 19 % de la población económicamente activa, es decir, las personas que integran el mercado laboral.

Informalidad, desempleo y trabajadores por cuenta propia

En medio de la coyuntura por la que ha pasado el país, las actividades fuera del mercado laboral formal han estado limitadas por las restricciones y la caída en la demanda. Según cifras presentadas por Fedesarrollo, la participación de los asalariados en la informalidad pasó del 36 % al 30 % entre abril y septiembre de 2020 respecto a 2019.

“Esta vez el problema es más grave. Por ahora vamos a tener una recuperación del empleo, pero con una participación del trabajo informal más alta”, explicó Fernández, quien presentó que el total de trabajadores asalariados informales cayó un 40 % en el pico de la pandemia, mientras que el de trabajadores independientes informales disminuyó un 36 %.

Para la entidad, llama la atención que los puestos informales se han recuperado más rápido que los formales, al crecer entre 16 y 20 puntos porcentuales, comportamiento que dificultaría reducir la tasa de informalidad.

“En Colombia tenemos altas tasas de informalidad, superiores a otros países de la región. No solo tenemos los dos males, informalidad y desempleo, sino una de las tasas más altas de trabajadores por cuenta propia, es casi el doble de la que registra para América Latina, por los altos costos del mercado laboral formal y por la baja productividad de algunos perfiles”, explicó Fernández.

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Puntos clave para discutir en una reforma laboral

Para Fedesarrollo, el reto está en implementar reformas que hagan al mercado laboral nacional resistente a choques futuros y que lo preparen para enfrentar inconvenientes a largo plazo.

«Si no se profundiza en esto cabe la posibilidad de que los cambios que provocó la pandemia no se corrijan del todo y ciertas dinámicas se mantengan hacia adelante», advirtió Fernández.

Desde el punto de vista de la entidad, hay que trabajar en políticas de generación de empleo de emergencia, como, por ejemplo, un aumento de 0,5 % del PIB en la inversión en infraestructura pública, lo que se traduciría en una reducción promedio de la tasa de desempleo anual de 0,6 puntos porcentuales, equivalentes a la generación de 159.000 empleos por año.

Fedesarrollo ve con buenos ojos todo lo que se ha desarrollado alrededor del Programa de Apoyo al Empleo Formal –Paef, y recalca que se debe trabajar en políticas orientadas a los trabajadores vulnerables más afectados.

En cuanto a cambios puntuales, para la entidad, se deben reducir los impuestos a la nómina y flexibilizar el ajuste del salario mínimo.

«Hay que reconsiderar la conveniencia de aportes que terminan operando como impuestos, porque no generan los beneficios esperados», explica.

Además, se deben presentar cambios estructurales en el sistema de protección social (pensión generalizada, subsidio de desempleo, entre otros), así como cambios en el sistema educativo para ajustar la oferta y la demanda laboral, y en particular la adaptación tecnológica.

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