Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Reducción de la jornada laboral: ¿por qué podría disminuir la tasa de desempleo?


Reducción de la jornada laboral: ¿por qué podría disminuir la tasa de desempleo?

Aquí hablaremos sobre...

  • La situación del ayer vs. hoy
  • El desempleo no disminuye
  • La idea no les suena a los empresarios
  • Creación de empleo no pasa meramente por la reducción de la jornada de trabajo

Es posible que con una medida de este tipo se beneficie al empleado con contrato indefinido y que goza de una buena situación laboral y económica.

La mayoría de los empleadores no consideran que reducir la jornada de trabajo sea sinónimo de crear más empleo.

En el informe La jornada laboral de 4 días, elaborado por Claudio Aros para OBS Business School, se analiza la reducción de la jornada laboral enfocada en países como Colombia como una fórmula para crear nuevos empleos.

Colombia es un país con proyecciones de empleo complejas, en consecuencia, requiere acciones que le permitan dinamizar la creación de nuevos puestos de trabajo. En Colombia, para el mes de mayo, según el Dane, la tasa de desempleo se ubicó en 15,6 %, cifra superior respecto al mismo mes en 2020.

Acerca de la reducción de la jornada laboral, Aros dice que en estos momentos el foco está puesto en el número de horas de trabajo, pero esta discusión no deja de ser relativamente moderna, es decir, se trata de una concepción más bien capitalista.

La situación del ayer vs. hoy

Describe Claudia Aros:

Si nos asomamos a los tiempos anteriores a la revolución industrial, observamos que no hay una ruptura radical entre el tiempo de trabajo y el de ocio. En aquellos tiempos el concepto del tiempo era flexible, laxo y, sobre todo, no industrial. La relación laboral la marcaba el trabajador, como hace aún hoy el campesino propietario, y el planteamiento era cuánto tenía que trabajar para cubrir sus necesidades.

Actualmente, existe una encrucijada en la que todos los interlocutores buscan redefinir las relaciones laborales, apremiados por la necesidad de hallar un nuevo equilibrio:

“Uno de los principales problemas que la jornada laboral de cuatro días podría solucionar tiene que ver con la disminución de la tasa de desempleo”

Por una parte, los empresarios quieren seguir manteniendo el objeto de su función pero por otra parte, los sindicatos, que han sido los que han fijado las condiciones del trabajo, ven que cada vez tienen menos fuerza por la desregularización del empleo.

El desempleo no disminuye

Uno de los principales problemas que la jornada laboral de cuatro días podría solucionar tiene que ver con la disminución de la tasa de desempleo.

Desde el punto de vista de Aros, el sistema capitalista, con su autoorganización, no consigue disminuir esos índices. Para analizarlo, está el caso de España, que en 1985 tuvo un incremento del desempleo hasta alcanzar el 21,9 %, y en 1990 disminuyó hasta el 16,3 %, y posteriormente volvió a subir.

En los últimos años las oscilaciones continúan, pero siempre se observa un alto porcentaje de desempleados endémicos.

En esta situación, surge la idea de debatir la conveniencia de instaurar una semana laboral más corta, ya sea por ley o de otro modo, que consiga un mayor reparto del trabajo. Es decir, forzar una especie de redistribución del tiempo para conseguir disminuir el desempleo.

Aros relata que el economista Jeremy Rifkin en una de sus posturas augura un futuro de decadencia en el que habrá millones de personas infraempleadas o que simplemente no tendrán trabajo dado el actual sistema que en su dinámica no consigue disminuir el desempleo, o que, incluso, necesita un cierto número de desempleados para poder funcionar.

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Entre 1950 y 1970 la economía capitalista creció en promedio el 5 % anual y, desde entonces, no logra superar el 2,5 %, detalla.

La idea no les suena a los empresarios

El informe también presenta el punto de vista de los empresarios. La mayoría de estos no consideran que reducir la jornada de trabajo sea sinónimo de crear más empleo:

Según la visión corporativa, la creación de trabajos depende del crecimiento económico, pero es necesario dotar a este factor del atractivo suficiente para que destaque frente a los otros factores de capital y tecnología.

En condiciones favorables, la estructura empresarial actual solo es capaz de ofrecer trabajo a entre el 75 % y el 87 % de la población activa; el resto está condenado a no contar con un puesto laboral.

Creación de empleo no pasa meramente por la reducción de la jornada de trabajo

Entre las conclusiones del informe se destaca que la idea de una reducción de la jornada laboral ha tenido buena acogida en un momento en el que se evidencia una permanente y desalentadora precariedad en el mundo del trabajo:

El capitalismo muestra una marcada tendencia a conservar una alta cuota de desempleo. En este contexto, la reducción del tiempo de trabajo se presenta como la gran solución para una economía fatigada. Según los defensores de esta iniciativa, una reducción de la jornada laboral aumentaría la productividad, reduciría costes y fomentaría el empleo.

Sin embargo, la medida plantea muchas inquietudes: ¿quién cubriría esas horas que quedan descubiertas? ¿Sería con contratos precarios? ¿Serían esos contratos de 8 horas a la semana? Aún no hay respuestas sobre cómo podrían plantearse los nuevos contratos y tampoco hay suficiente evidencia sobre si esta política sería eficaz.  Por ejemplo, ¿en qué sectores y actividades se aplicaría? ¿Qué efectos colaterales podría tener?

Después de todo, es posible que con una medida de este tipo se estuviera beneficiando al empleado que tiene contrato indefinido y que ya goza de una buena situación laboral y económica, en detrimento de los más vulnerables, que solo recibirían las migajas de la aplicación con contratos precarios.

La otra conclusión es que está claro que la creación de empleo no pasa meramente por la reducción de la jornada de trabajo, sino por nuevas perspectivas de superación de paradigmas obsoletos:

Hace falta una evaluación crítica sobre el actual capitalismo y sus formas de funcionar. Una evaluación crítica al margen de intereses e ideologías. Una evaluación madura y sólida cuyo principal objetivo sea conseguir un nuevo mercado laboral en el que todos estemos presentes.

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