Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Los nuevos escenarios desatados por los impactos holísticos de la pandemia requieren de la reinvención de todos


¡Nos reinventamos o nos reventamos! ¡Todos! Nadie está exento en este momento histórico de adelantar procesos de reinvención y readaptación a los nuevos escenarios desatados por los impactos holísticos de la pandemia.

En el pasado inmediato, vastos sectores de individuos tenían altos niveles de seguridad y tranquilidad en sus vidas presentes y futuras; a los dueños de inmuebles para nada les interesaron las afugias financieras de los inquilinos, tanto familiares como comerciales, sobre todo. Cobrar cánones de millones era casi un deporte.

La pirinola de la pandemia cayó en “todos ponen” cuotas de llanto, muerte, sufrimiento, desempleo, hambre, soledad, depresión, etc. Y ese renglón económico, otrora sonriente, se miró al espejo y recordó el rostro de sus angustiados y buenas pagas arrendatarios; estos no tuvieron más opción y remedio que entregar locales y dejarlos desocupados. El propietario empezó a recibir facturas de cobro y cero trasferencias, cero ingresos.

Hoy, en la mayoría de las ciudades de Colombia, se ven edificaciones con las ventanas llenas de avisos de “se arrienda” o “se vende”.

Para acabar de atizar la situación, cual obra malévola, la tecnología se confabula y ofrece de manera abierta un metaverso que permite la ubicuidad, cero infraestructuras, cero gastos relacionados con el alquiler de bienes inmuebles.  La pirinola cae en “pon 1”. Ponga usted señor propietario… avisos en las ventanas… y añore que las cosas cambien y mejoren, pero no solo para usted sino para todos. Eso se llama egoísmo-altruismo (De Zubiría:2017).

Sin embargo, algunas evidencias indican, al observar los cánones pospandemia que hicieron caso omiso, que no hubo contrición ni aprendizaje y que ni siquiera escucharon a Calle 13 invocando a “evitar retornar a la normalidad y más bien comenzar de nuevo”.

Actividades como las cocinas ocultas y las ventas por Internet han sido insuficientes para que los propietarios de inmuebles hagan un alto, den dos pasos atrás y decidan cambiar sus creencias económico-sociales en cuanto a la propiedad, la dinámica económica y los demás, y continúan creyendo que “esquilmando” con astronómicos arriendos no le hacen daño a nadie.

Estoy casi seguro de que esa época de “vacas gordas” tardará mucho en retornar y, para completar el coctel, nuevas y enormes edificaciones siguen ampliando la oferta para una demanda o inexistente o que piensa más.

Los tiempos cambiaron y muchas personas siguen viviendo en el pasado; de no presentarse una apenas sensata reducción en los cánones de arrendamiento de apartamentos, oficinas y locales comerciales, sus propietarios solo verán egresos por predial, valorización, servicios públicos y cuotas de administración.

Walter Sánchez-Chinchilla

Tomado de Contrapartida – De Computationis Jure Opiniones
Número 6820, Agosto 29 de 2022

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