Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
La población joven y de menor nivel educativo son los más afectados; si el salario mínimo de Colombia es alto, la informalidad se incrementaría, habría un impacto positivo sobre la demanda de las empresas, son algunas de las opiniones que ha generado el tema de aumentar el mínimo de forma extraordinaria.
El 22 de agosto del año en curso, el senador Álvaro Uribe Vélez anunció la presentación de un proyecto de ley que busca aumentar el salario mínimo de forma extraordinaria. Con la iniciativa, el partido Centro Democrático busca dar facultades extraordinarias al Gobierno para decretar el incremento. Como era de esperarse analistas, empresarios y el mismo Gobierno han mostrado sus diversos puntos de vista sobre el tema.
La ministra de trabajo, Alicia Arango, por una parte en los micrófonos de BLU Radio, dijo que el tema del salario mínimo y su valor ha sido una discusión de toda la vida en el país. «Hay un sector que dice que el salario mínimo es muy alto y que por ese motivo no se puede contratar más personas, que el régimen de contratación, que no tiene que ver con el salario mínimo es muy rígido y que por lo tanto hay informalidad”, aseguró. Por otra parte, hay otro grupo de personas que dicen que el salario mínimo de los colombianos es bajo.
En lo que sí está convencida la funcionaria es que el salario mínimo de los colombianos no alcanza, quien aseguró que la propuesta hecha por el expresidente y senador Álvaro Uribe, de subir de manera extraordinaria el salario mínimo, es analizada por el Gobierno de Iván Duque.
El gerente del Banco de la República, Juan José Echavarría, a través de un concepto publicado y que sirve como argumento para quienes se oponen al proyecto, asegura que un aumento de 1 % en el costo de la nómina por cuenta del incremento del salario mínimo podría destruir 18.000 puestos de trabajo formales en tres meses.
Si se llegara a aprobar el proyecto de ley, y como segundo punto, Echavarría recalca que habría un incremento de la informalidad y un detrimento de la calidad en los cargos que se traduciría en un aumento de 21.500 empleos informales, o una reducción igual del empleo formal.
Finalmente, un tercer punto involucra a los jóvenes y las personas con menor nivel educativo, quienes serían los más afectados, ya que existe una relación entre el aumento del salario mínimo y la disminución en la flexibilidad de los salarios, lo que afectaría la contratación de personas con estas características.
Sin embargo, Jorge Iván González, docente de la facultad de ciencias económicas de la Universidad Nacional, afirma en La República que no ve con buenos ojos las conclusiones del Banco de la República, ya que presenta una visión muy unilateral del problema y no contempla el impacto del aumento del salario sobre las empresas desde el lado del consumo, lo que también se debe tener en cuenta.
Desde su punto de vista, las razones del Emisor “solo están mirando el lado de la oferta, pero no el impacto positivo sobre la demanda”, y que a mayores salarios también mejora el gasto de los consumidores, lo que a su vez mejora las ventas de las empresas. Para González el salario hay que aumentarlo de forma progresiva y no de una sola vez como dice Uribe.
Fedesarrollo en su más reciente Informe Mensual del Mercado Laboral, de julio de 2018, presenta el punto de vista de la OCDE sobre el mercado laboral nacional. Desde la entidad se piensa que se debe revisar el nivel del salario mínimo, el cual, dada la baja productividad del trabajo, resulta relativamente alto frente a otros países pertenecientes a esta organización.
El salario mínimo en Colombia representa el 85 % del salario mediano del país, muy por encima del promedio de la OCDE, donde representa cerca del 50 %. «Un salario mínimo tan alto en términos relativos excluye de la formalidad a aquellas personas con menores habilidades, cuya productividad es menor a los costos laborales del sector formal», opina la entidad.
Para esta organización y debido a las implicaciones que sobre el mercado laboral existen producto de un salario mínimo relativamente alto, se recomienda evaluar la posibilidad de diferenciar este salario por región y por edad. Además, el crecimiento anual del salario mínimo debería limitarse a la inflación, para que el aumento de la productividad conduzca a que más personas tengan remuneraciones por encima del mínimo legal.
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