Marcela Giraldo advierte que la reforma pensional busca direccionar al 85 % de la población a un sistema de reparto que obligatoriamente tendrá un subsidio.
Es inequitativo que Colpensiones le devuelva al afiliado solo los aportes con el IPC, mientras en los fondos privados recibe los rendimientos.
Hoy se inicia en Cartagena la versión número 16 del Congreso de Asofondos, donde se analizarán, entre otros temas, el proyecto de reforma pensional del gobierno del presidente Gustavo Petro.
Este año, Marcela Giraldo García, presidente del Consejo Directivo de Asofondos y de Colfondos, será la encargada de hacer la apertura del evento. Dialogamos con ella sobre el sistema de pilares propuesto en la reforma.
Sobre el pilar solidario recuerda que en un principio este proponía entregarle $500.000 a quienes pertenecieran al mismo, pero luego de hacer los respectivos análisis, se estableció inicialmente un monto de $220.000 para unos dos millones de personas, lo que representa la línea de pobreza extrema.
Se ha mencionado que los subsidios de este pilar solidario saldrían de los impuestos, sin embargo, hoy son las cotizaciones a pensión las que fondean este fondo de solidaridad pensional y en el proyecto se conserva. Incluso, se crea una versión progresiva donde las personas cuando tienen mayores salarios hacen aportes porcentuales mayores a este fondo de solidaridad pensional.
Pese a lo anterior, de todas formas, este incremento no alcanza a cubrir el nuevo costo de este subsidio. Giraldo García afirma que los países que han implementado exitosamente los pilares solidarios identifican rubros específicos del presupuesto que serán invertidos para dicho subsidio.
El Gobierno nacional busca consolidar todos los subsidios (Colombia Mayor, Jóvenes en Acción, Familias en Acción) y organizarlos.
Desde su perspectiva, [pq]se deben tener claras las cuentas desde el punto de vista fiscal, porque un subsidio es una carga bastante onerosa para todo país y no se puede desmontar[/pq]. «Saber cómo mantener y garantizar este subsidio en el largo plazo es clave», piensa.
Por otra parte, explica que el pilar semicontributivo plantea que todas las personas que no alcanzan a pensionarse tengan acceso a una renta vitalicia. «El 75 % de los colombianos no alcanza a reunir las semanas necesarias cuando cumplen la edad para pensionarse», señala.
Este pilar de alguna manera reconoce las dificultades que presenta el mercado laboral colombiano por factores estructurales y la informalidad.
Hoy recibimos una devolución de saldos. Es en este momento cuando se ve la situación más inequitativa de la competencia de regímenes pensionales que tenemos actualmente, porque en Colpensiones te devuelven solo tus aportes con el IPC, mientras que en los fondos privados recibes tus rendimientos.
Frente a lo anterior, el proyecto de reforma indica que todos tendrán las mismas reglas de juego. El Gobierno reconocerá unos rendimientos reales del 3 %. El tema es que esas cotizaciones estarán por el esquema de pilares canalizadas a Colpensiones.
Al respecto, entendemos que Colpensiones administra un sistema de reparto y no está muy claro que estas cotizaciones se ahorren, sino que se use en gasto corriente, como lo es pagar pensiones.
Para ella, la pregunta es cómo se va a garantizar la sostenibilidad financiera de este pilar semicontributivo que, además, impone una carga de entregar rentabilidades reales. ¿De dónde saldrá esta rentabilidad real? Eventualmente sería de los impuestos nacionales.
Advierte que estamos adquiriendo compromisos que en un futuro nos harán hacer reformas tributarias muy ambiciosas para poder sostenerlos y cumplirlos.
Finalmente, alrededor del pilar contributivo existe un desafío gigante. Afirma que las tendencias internacionales demuestran que los esquemas de reparto no son sostenibles en el largo plazo.
Hago un llamado a la sensatez. En Colombia se nos exigen 23 años de cotización, mientras que en otros países de la Ocde son como 35, 40 o más. Nosotros estamos arrastrando una expectativa de lograr una condición de pensión que está altamente subsidiada.
Entiendo que en lo políticamente viable el presidente Petro diga que no vaya a tocar parámetros, pero este es un punto de alerta muy importante para poner sobre la mesa. No estamos corrigiendo esta situación y ahora vamos a direccionar al 85 % de la población a un sistema de reparto, que, de manera obligatoria, tendrá un subsidio.
Para ella, a quienes todavía les faltan muchas semanas para pensionarse y les aplicaría esta reforma recibirían un subsidio de Colpensiones, el cual no necesitan; es decir, forzadamente cotizarían en Colpensiones y recibirían un subsidio.
El mensaje sobre el cual se ha popularizado este cambio es que si faltando 10 años para pensionarme me cambio a Colpensiones, ya no recibiría un subsidio de 1.500 millones de pesos, sino que sería de 300 millones de pesos. No se debería recibir un solo peso de subsidio.
Es grave que se le esté quitando a las personas la posibilidad de elegir. Se está direccionando al 85 % de las personas para que su dinero vaya a Colpensiones.
El sistema que tenemos hoy, con todas sus imperfecciones, es mejor que el que había antes de la Ley 100, deberíamos movernos hacia adelante y con esta propuesta parece que nos estuviéramos devolviendo.
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