Anif y Fedesarrollo afirman que de la totalidad de ingresos por renta, cerca del 20 % es pagado por hogares y 80 % por empresas.
Jairo Orlando Villabona dice que no se saca nada ampliando la base de contribuyentes, porque es meter más pobres a declarar y eso no generará recaudo adicional.
Para lograr un mayor recaudo, Gustavo Cote dice que se deben revisar y rediseñar los beneficios tributarios.
Alberto Carrasquilla, ministro de Hacienda, ha sido reiterativo en diversos medios de comunicación al afirmar que cinco de los seis puntos del PIB que se recaudan anualmente por renta lo pagan las empresas, y solo uno corresponde a las personas.
De igual forma ha admitido que se cuentan con muchas exenciones, las cuales en el año 2019 representaron el 8,7 % del PIB. «El grueso de ellas son al régimen de IVA y otras a personas naturales. Otro elemento para considerar”, dijo.
Con lo anterior se podría deducir que el Gobierno nacional tiene la intención y el ojo puesto en las personas naturales. ¿De qué forma? Quitar o reducir las exenciones que estas tienen y aumentar el número de las que tributan.
Jairo Orlando Villabona, profesor asociado, investigador del Departamento de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional, afirma en entrevista con Actualícese, que se deben cobrar más impuestos pero a las personas de mayores ingresos, como sucede en Europa y todos los países de la OCDE.
Para él, nada sacan con ampliar la base de contribuyentes, es meter más pobres a declarar y eso no va a generar recaudo adicional. «De pronto pasa lo contrario: más saldos a favor», puntualiza.
Dice que sí es cierto que las empresas pagan más impuestos que las personas naturales, «y no propiamente porque las empresas paguen mucho; lo que pasa es que las personas que más concentran ingresos casi no pagan impuestos, sumado a que la tasa efectiva es muy baja en la mayoría de los casos, por debajo del 4 %», explica.
En este punto, Villabona dice que se debe eliminar el sistema de rentas cedulares, ya que esto causa inequidad horizontal.
Gustavo Cote, exdirector de la Dian afirma en dialogo con Actualícese que es necesario entender que los beneficios tributarios traducidos en exenciones, exclusiones, desgravámenes, descuentos, deducciones especiales, tarifas diferenciales etc., representan un sacrificio fiscal muy alto, que se acentúa de forma mayor en los casos que no tienen justificación alguna.
«Este costo medido en el 2019 alcanzó la suma de 92,4 billones de pesos, lo que representa un 8,7 % del PIB», indica.
Cote puntualiza que si lo que se busca con la reforma tributaria es una mayor recaudación, la revisión y rediseño de los beneficios tributarios resultan esenciales al momento de definir el contenido del proyecto de ley que será presentado por el Gobierno al Congreso en los próximos meses.
Para el presidente de Anif, Mauricio Santamaría, y el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, existe la necesidad de que más personas tributen renta para equilibrar las cargas y generar mayor formalidad.
“Ampliar la base de personas naturales contribuyentes, con una tasa marginal progresiva. En Colombia, solo 4,5 % de la población económicamente activa paga renta, lo que lleva a que este impuesto se recargue solo en 20 % en las personas versus 80 % jurídicas, contrario a lo observado a nivel global. Eso también implica avanzar en materia de formalización al ampliar la base de declarantes de ingresos”, ha dicho Santamaría a los medios de comunicación.
Los dos centros de estudios han informado que el año anterior, el recaudo total de impuestos fue de $146,1 billones (15 % del PIB), de los cuales $51 billones (0,5 % del PIB) fueron por renta, pero tan solo $12,9 billones (1,2 % del PIB) fueron aportados por 3,5 millones de colombianos con salarios mensuales superiores a $3,99 millones que ejercen su declaración de renta.
«Lo anterior significa que, de la totalidad de ingresos por este concepto, cerca del 20 % es pagado por hogares y 80 % por empresas», recalcaron.