Vanessa Ospina Palacios, contadora pública, consultora en sistemas de administración de riesgos y auditora, afirma en Actualícese que un reto de toda empresa es hacer sostenible su SARLAFT sin sacrificar sus negocios, es decir, establecer medidas de control eficientes que no ahoguen a la organización.
El lavado de activos y la financiación del terrorismo son delitos que adelantan las organizaciones criminales a través del movimiento de recursos de origen lícito e ilícito con el fin de eludir los controles del Estado. En este editorial presentamos las diferencias y similitudes entre estos.
En noviembre de 2017 la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada estableció un período de transición para que las empresas del sector implementen las medidas relacionadas con la prevención y detección de Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo. El plazo finaliza en marzo de 2018.