Las cuentas por cobrar que se clasifiquen como instrumentos financieros deben ser medidas por el modelo del costo amortizado, que implica el reconocimiento de rendimientos financieros. Si el instrumento no tiene tasa de interés pactada, es necesario incluir un componente de financiación implícita.
En cada fecha de cierre, la entidad debe evaluar si el valor en libros de sus activos financieros es totalmente recuperable; pues si no, debe reconocer pérdida por deterioro del valor. Los activos financieros del tipo “cuentas por cobrar” se miden al valor presente de los flujos futuros de efectivo.