Es muy común que nuestra casa termine convirtiéndose en oficina, tienda, bodegas, etc. y por ende, hay un cambio de destinación del inmueble que necesariamente también modifica las tarifas de servicios públicos. La empresa de servicios públicos domiciliarios debe adecuar la nueva tarifa y sólo puede cobrar el reajuste de los últimos 5 meses, pero podría ser más, si se demuestra culpa del usuario.