Los fondos de empleados son organizaciones que no ejercen actividad financiera, reguladas por la Superintendencia Solidaria, quien ha establecido algunos criterios para su liquidación y disolución voluntaria con el ánimo de garantizar el derecho de los acreedores.
Cuando una sociedad mercantil es declarada disuelta, esta queda en proceso de liquidación. Aquí se nombra a un liquidador quien asume la totalidad de las funciones administrativas del ente económico y, como administrador que es, debe obrar de buena fe, con lealtad y con la diligencia de un buen hombre de negocios.
Una vez disuelta una sociedad, los socios o accionistas en algunos casos siguen teniendo unos derechos y obligaciones ligados a la liquidación, pero la gran responsabilidad queda en cabeza de liquidador designado.