La NIA 330 determina la responsabilidad del auditor frente a la implementación y diseño de procedimientos posteriores al proceso de auditoría, a fin de evitar las consecuencias de los riesgos evaluados e identificados en concordancia con la NIA 315.
La Norma Internacional de Auditoría 315 presenta la responsabilidad del auditor de identificar y evaluar los riesgos de error material en los estados financieros, mediante el entendimiento de la entidad, su entorno y control interno.