Cuando son efectuados los procesos de cierre contable, presentación y aprobación de estados financieros ante el máximo órgano de la empresa, el equipo de auditoría deberá reiniciar la implementación de la etapa inicial de la auditoría, comenzando por la planificación de esta.
Pedro Preciado, Gustavo Roa, Boris Forero y Gabriela Monroy, socios de auditoría de KPMG Colombia afirman que solamente podrá liderar y permanecer en el tiempo el auditor que entienda, monitoree y mejore los sistemas y procesos analíticos y cognitivos, de la mano de la inteligencia artificial.
El ejercicio de la auditoría requiere que el profesional ejecute un proceso de planeación que le permita garantizar de forma anticipada el alcance de la labor, a fin de dar cumplimiento a los objetivos propuestos para la entidad auditada. En la NIA 300 se establecen los lineamientos de este proceso.
La profesión tiene que entender que debe protegerse a sí misma. Lo que los empresarios no quieren que se cuente y que los gobiernos les ayudan a callar tiene que difundirse por el gremio, para que la comunidad juzgue por su cuenta, sin estar presa de las versiones de unos u otros.
El ejercicio de la auditoría requiere que el profesional ejecute un proceso de planeación que le permita garantizar anticipadamente el alcance de la labor, para dar cumplimiento a los objetivos propuestos para la entidad auditada. En la NIA 300 se establecen los lineamientos de este proceso.
La auditoría y la función del auditor no deberán abandonar su materia prima: el escepticismo profesional, esencia que no podrá ser desplazada por un robot con inteligencia artificial. Ese es el mensaje de Felipe Jánica para quienes temen ser reemplazados en medio de la cuarta revolución industrial.
A menudo no hay una educación formal para los miembros del comité de auditoría. Incluso se presentan casos donde nunca interactúan con los auditores, lo que atenta contra el buen desarrollo de sus encargos. Se debe buscar la eficiencia y efectividad en el trabajo de los miembros del comité.
La ISAE 3000 permite que el contador público focalice su labor en la evaluación de riesgos específicos de la entidad, y que pueda realizar pruebas selectivas para obtener evidencia suficiente y adecuada al momento de emitir su opinión de auditoría.
El programa de trabajo de auditoría constituye un esquema organizado y clasificado de la labor a ejecutar por el profesional contable, quien debe atender las disposiciones establecidas en las Normas Internacionales de Auditoría –NIA– para llevar a cabo su labor de manera efectiva.
Asumir con una mayor transparencia cómo un comité de auditoría ha desempeñado sus funciones permite evaluar mejor su desempeño y efectividad. Asimismo, es importante el flujo de comunicación efectiva (escrita y oral, formal e informal) hacia y desde el comité con las diversas áreas de la empresa.
Actualmente, el 50 % de las empresas advierten que mantener el control interno sobre la información financiera y los procedimientos de divulgación es parte de sus principales desafíos, así como asegurar que las auditorías internas estén correctamente enfocadas y maximicen su valor.
La identificación y la valoración de los riesgos hacen parte de las labores del auditor, de acuerdo con lo establecido en la NIA 315. Esta norma resalta la importancia del juicio profesional y la información contable de la organización para que el auditor cumpla a cabalidad con su responsabilidad.