Al medir el costo de un producto por el sistema de costos estándar se deben evaluar las variaciones que surgen de la comparación entre las tarifas presupuestadas y las reales de cada uno de los elementos del costo. En la segunda parte de esta publicación nos enfocamos en la MOD y los CIF.
Las propiedades de inversión pueden medirse posteriormente a su reconocimiento mediante el valor razonable con cambios en resultados o al modelo del costo, según la elección de política contable de la entidad. Explicamos las desventajas fiscales y contables que se derivan de dicha elección.
Los aportes para la constitución de una sociedad pueden hacerse en capital, industria o en especie. Para el reconocimiento y medición de los aportes en especie, deben observarse específicamente los lineamientos de la sección 22 del Estándar para Pymes sobre pasivos y patrimonio.
El contrato de mandato, tipificado en los artículos 2142 y siguientes del Código Civil, es un acuerdo por el cual una persona confía la gestión de uno o más negocios a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera, a cambio de una retribución pactada entre ambos.
El costeo estándar evalúa el uso eficiente de recursos de la organización, y para ello compara las cantidades y precios reales de los elementos del costo de un producto con los presupuestados por la entidad. A continuación, abordamos la contabilización del costo del producto utilizando este sistema.
En ocasiones las entidades pueden llegar a acuerdos con sus clientes para recibir bienes en dación de pago con el fin de cancelar su cartera atrasada. Este tipo de transacciones se asemeja a transacciones de permuta, y su tratamiento está establecido en las Normas de Información Financiera.
En los contratos de mandato, el mandatario tiene la obligación de ejecutar las actividades delegadas por el mandante, sobre las cuales deberá luego rendir cuentas. Analizamos si se requiere utilizar cuentas de orden para la contabilización de las operaciones que se deriven de este tipo de contratos.
El valor residual de un activo, junto con su vida útil, determinan el importe depreciable que puede tomarse el activo. Las depreciaciones fiscal y contable no deben ser iguales en todos los casos; sin embargo, en algunas ocasiones es conveniente unificar estas políticas para simplificar el proceso.
Los artículos 27 y 28 del ET son enfáticos al precisar que el ingreso por la venta de bienes inmuebles se entiende realizado cuando se elabora la escritura, no obstante, en algunos casos, la venta puede reconocerse contablemente solo con el contrato de compraventa, lo que genera diferencias temporarias.
Las normas fiscales permiten que el IVA generado en ventas que luego son anuladas, rescindidas o resueltas por el cliente pueda disminuirse del total del saldo a pagar por este impuesto. Para efectos contables se puede crear una cuenta para controlar este valor que luego se trasladará al formulario.
El concepto de provisión de cartera se sigue manejando bajo los Estándares Internacionales, con el nombre de deterioro de cartera o cuentas comerciales de clientes. No obstante, debe tenerse cuidado de evaluar correctamente su aplicación, sin atender únicamente las normas fiscales.
Un negocio es un conjunto integrado de actividades y activos que son gestionados para proveerles rentabilidad y beneficios económicos a sus dueños. En las relaciones comerciales estos negocios pueden venderse y comprarse. Según lo acordado el tratamiento de la plusvalía generada será diferente.