La analítica predictiva, el análisis de redes sociales y las soluciones de inteligencia artificial se han convertido en las nuevas herramientas con las cuales el sector asegurador se está blindando contra el fraude. La mitad de las aseguradoras planea invertir en plataformas analíticas para enfrentar la situación.
Algunos presentan certificados falsos para acreditar una invalidez que no existe, otros modifican su historial laboral para aumentar sus semanas de cotización; también hay manipulación de autoridades judiciales para facilitar el acceso a pensiones. Estas son algunas de las modalidades de corrupción.
Una falla que se presenta en las empresas es combatir el fraude mediante áreas separadas: una que lo investiga, otra que gestiona el riesgo de fraude y la que lo reporta a la junta; posición que no contribuye a una visión integrada de la estrategia de la compañía y genera vacíos operacionales.
María Paulina Riveros, vicefiscal general de la nación afirma que entre las estrategias para defraudar el sistema pensional están los tramitadores y abogados dedicados a engañar a pensionados y al Estado, y jueces que, abusando de su poder, entregan órdenes para facilitar el robo de los recursos.
Un sistema de gestión de riesgo de fraude provee las políticas y los procedimientos que observará una entidad para prevenir y actuar frente a esta clase de sucesos. En este editorial exponemos parte de los elementos de la guía diseñada por el COSO para implementar con éxito este sistema.
La guía antifraude del COSO incluye una serie de elementos que pueden observar las organizaciones para implementar sus sistemas de gestión de riesgo de fraude, los cuales deben alinearse con el sistema de control interno. En este editorial abordamos los requerimientos para atender estos elementos.
Las empresas deben implementar programas específicos que dejen el fraude al descubierto, mediante estrategias que promuevan la cultura de lo correcto, del compromiso con lo que se dice y del proteger el buen nombre personal y la reputación de la organización. En esos aspectos puntualiza PwC.
En Colombia, solo la mitad de las compañías realiza evaluaciones de riesgo para prevenir el soborno y la corrupción en áreas críticas, y menos de un tercio realiza valoraciones de riesgo relacionadas con lavado de activos, sanciones y control de exportaciones. Actores internos son los más señalados.
La mitigación del riesgo de fraude debe estar en la agenda de la alta dirección empresarial, ya que cada vez más se reclama su participación, conocimiento, respuesta y hasta responsabilidad en este tipo de eventos. El 39 % de los empresarios colombianos reconocen haber sido víctimas de fraude.
Un estudio de la organización Global Financial Integrity concluyó que Colombia es una de las naciones desde donde más sale dinero de forma ilegal.
La auditoría forense examina las operaciones ejecutadas en una determinada área, realizando pruebas detalladas, sin confiar en la dirección de la sociedad ni en los controles diseñados e implementados por esta, a diferencia de otros tipos de auditoría.
Marta Cadavid, Diego Ríos y Aníbal Zárate, comparten sus puntos de vista sobre lo que deben tener en cuenta las empresas para combatir casos de fraude. Pese a la importancia de denunciar, los empleados siguen sintiendo temor y desconfían de la efectividad de los mecanismos.