En la vida práctica los líderes empresariales deben decidir sobre si apoyan la innovación o administran los riesgos corporativos.
Las empresas ágiles deben conocer su entorno y procurar anticiparse a sus cambios. El entorno es fuente de oportunidades de negocios y de proyectos de innovación.
Contadores colombianos podrían ser un grupo de representación y de presión que se ocupe de los intereses públicos con miras al bien común. Esto le cambiaría el imaginario a la población colombiana, que hoy apenas entiende qué hace un contador.
Muchas universidades no integran el enfoque práctico en sus diseños curriculares, ya que no se orientan a enseñar cómo resolver problemas.
En la mayoría de los currículos no se evidencia que se haga énfasis en la investigación, ni en la búsqueda o construcción de nuevo conocimiento.
El problema de la humanidad no está en la pobreza, sino en la inequidad. Las clásicas fórmulas de recaudo fiscal y gasto público para repartir recursos y reducir la pobreza están mandadas a recoger. En Colombia, la implementación de medidas para abordar este problema se ve como una utopía.
Al abordar una reflexión sobre la profesión contable, se corre el riesgo de pasar por alto a la gran cantidad de contadores que no están en las principales ciudades. Es necesario abrir las puertas a todos los profesionales, estén donde estén, y quitar a los profesionales de Bogotá la última palabra.
Es absurdo que tengamos una ley fomentando la participación de la mujer en los cargos públicos cuando es evidente que desde el CTCP nunca se ha dado cumplimiento a esta disposición. Hoy en día las mujeres son una amplia mayoría en la comunidad contable colombiana.
La contaduría es una profesión liberal, es decir, en su ejercicio es esencial el uso de las habilidades intelectuales del entendimiento humano. En Colombia la profesión contable no participa en los procesos de consulta pública, no cree en el valor de participar, no está preparada para opinar.
Una empresa debe adoptar políticas de retiro que mantengan la fama de buen empleador. Hay que cumplir las promesas con los empleados y procurar que se sientan felices en el trabajo, cuidando los factores que influyen en ellos. Los jóvenes contadores quieren mejor trato, no quieren trabajar en exceso.
Un operador de lo contable aplica párrafo a párrafo la norma, aun sin conocer sus implicaciones. En cambio, un profesional reflexivo sabrá cuáles son las consecuencias de cada disposición. Sabrá si sus mandatos favorecen o perjudican a alguien y estará preparado para dar explicaciones sobre ello.
Fue un acierto haber confiado a los contadores la revisoría, por su conocimiento y dominio de la información empresarial. La vigilancia de la profesión requiere de medios más técnicos, de mayor envergadura, claramente neutrales. Sirviendo intereses o facciones no se cuida la profesión.
Contadores públicos no se muestran optimistas frente a una recuperación económica para este año; el 54 % piensa que la recuperación llegará luego del primer trimestre de 2021.
Profesionales contables no están preocupados por los ingresos de las empresas para las cuales trabajan.
El profesional de la contabilidad es incomprendido cuando esperan que haga cosas que él considera contrarias a las ciencias contables o a la ética del contador. Si todo se resolviera por mayoría, no habría nada que hacer. Es necesario que los contadores se tomen en serio crear una cultura contable.