Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Activos sin historial contable no tienen que incluirse en los estados financieros


Activos sin historial contable no tienen que incluirse en los estados financieros
Actualizado: 23 septiembre, 2016 (hace 8 años)

A la hora de preparar los estados financieros según las Normas Internacionales de Información, hay diversas variantes a tener en cuenta; una de estas reposa en la necesidad de confrontar la utilidad de la información versus el costo de su obtención.

Para efectos del proceso de convergencia a Estándares Internacionales de Información Financiera, los departamentos de contabilidad de las organizaciones probablemente hayan debido iniciar un proceso general de auditoría para evaluar el estado real de la entidad y así poder representarla contablemente, de la forma más fiel posible.

En dicho proceso de revisión, si tomamos como referente para el ejemplo el caso de las pymes, es probable que se encuentren activos que aun estando en la organización, no tienen soporte contable y que probablemente en su momento se hayan registrado como gasto. Este tema es muy común no solamente en las microempresas sino también en las pymes e incluso en las grandes compañías; cuando se realiza una labor de auditoría o asesoría se encuentra que es normal que las empresas tengan activos de los que se desconoce totalmente su origen.

Evidentemente la respuesta sobre qué hacer con este tipo de activos debe versar sobre las indicaciones del marco normativo que corresponda, que podrá consultarse en los anexos del Decreto Único Reglamentario 2420 del 2015, el cual compiló toda la normatividad vigente respecto a las Normas Internacionales de Información Financiera y las de Aseguramiento de la Información. Los marcos normativos pertinentes, según cada grupo, son:

“hay que ser muy prácticos porque en algunos casos los procesos de implementación de Estándares Internacionales se vuelven largos y tediosos, precisamente por la minuciosidad extrema que los contables han creído que exige la normativa vigente”

Ahora bien, en estos temas hay que ser muy prácticos porque en algunos casos los procesos de implementación de Estándares Internacionales se vuelven largos y tediosos, precisamente por la minuciosidad extrema que los contables han creído que exige la normativa vigente. Sin embargo, la realidad es que simplemente si el activo está identificado, es de la compañía; es esta la que lo usa y además tiene un valor significativo y una vida útil que se extiende en el tiempo, por lo cual será necesario encontrar un valor razonable o medirlo por el costo de reposición, viendo cuánto costaría en el mercado. La medición a valor razonable sería una buena opción para el reconocimiento del activo, en particular utilizando la exención de valor razonable como costo atribuido.

Si no es posible acceder a esta opción porque por ejemplo se trata de una máquina que no se consigue en el mercado o fue construida por la compañía a lo largo de muchos años y por tanto no se le puede determinar fiablemente un valor de mercado, entonces lo que se sugiere es no incluirla en los estados financieros de la empresa.

Lo que podrá hacer el contador será diseñar un papel de control extracontable e incluir en los informes una anotación en la que se revele la existencia de dicho activo; con ese dato es suficiente para elaborar el balance de apertura y los posteriores informes contables bajo Estándares Internacionales.

La recomendación es no detenerse a buscar soportes, o levantar archivo documental muerto de muchos años atrás, tan solo para determinar un valor aproximado de un elemento como este de difícil medición. Si sobre ese activo no reposa información de fácil acceso, y su búsqueda puede involucrar un esfuerzo desproporcionado, entonces no hay razón para desgastarse en tal menester.

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