Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Leonardo Varón, contador público y consejero del CTCP piensa que existen dos clases de contadores: los que se capacitan constantemente para responder a los cambios, y aquellos que se han anclado en el conformismo y que parecieran desconocer la regulación sobre el tema.
Para Leonardo Varón García, miembro del Consejo Técnico de la Contaduría Pública, hoy en día los contadores públicos son amigos de las tecnologías, las aceptan y las manejan eficientemente; «sin embargo, muchas normas legales y fiscales dificultan el manejo de software de vanguardia, debido a los fuertes requisitos existentes en la actualidad sobre soportes tributarios», dice.
Desde su punto de vista, ya que la contabilidad se encuentra dentro del grupo de las ciencias sociales, el contador responde a los cambios que ocurren en el mundo de los negocios, las finanzas y el ambiente regulatorio. «Pese a lo anterior, continúa ocurriendo que existen dos clases de contadores: los que se viven capacitando constantemente para responder a los cambios y aquellos que se han anclado en el conformismo y parecieran desconocer la regulación sobre el tema», critica Varón García.
Para él, cada vez los profesionales salen mejor formados en competencias relacionadas con las finanzas, dominio de una segunda lengua, capacidad de lectura y resolución de problemas. «Son ellos quienes tienen un mayor espectro laboral, y no solo los que tienen un título profesional», recalca este contador público, especialista en contabilidad financiera internacional.
Y sobre la formación en competencias, Varón García afirma que un contador público, para que sea competitivo a nivel laboral, debe contar con: conocimientos del mundo financiero, contabilidad y tributaria; dominio de una segunda lengua, manejo de Normas Internacionales de Información Financiera y Normas Internacionales de Auditoría, capacidad de análisis y trabajo en equipo.
Para este magíster en contabilidad y auditoría de gestión de la Universidad USACH (Chile), muchas universidades están comprometidas con la educación de los alumnos y futuros contadores públicos. «Constantemente se preocupan por mejorar su preparación», dice.
Para aquellos que pronto se graduarán como contadores públicos, Varón García les dice que deben tener como pilar en su vida tres cosas: desarrollar la confianza en un ser supremo, al que se le debe pedir sabiduría con el objetivo de actuar con prudencia y sigilo profesional ante situaciones sospechosas; desarrollar una fuerte relación con su pareja e hijos u otros familiares cercanos, para apoyarse mutuamente en temas de crisis y formar un carácter ético ante los clientes; y tomar como práctica profesional la actualización permanente, la cual debe realizarse de dos maneras: el autoestudio (lectura y generación de escritos sobre temas de la profesión) y la actualización profesional permanente (ojalá cada año) a través de cursos de duración superior a 40 horas, con el objetivo de fortalecer su criterio profesional.
El consejero del CTCP piensa que la cantidad de temas tributarios que manejan los contadores públicos conlleva a que los gerentes, CEO y la alta gerencia de las empresas vean al profesional contable como aquel que no realiza aportes sobre el negocio de la entidad, sino que tramita temas fiscales y entorpece muchas operaciones a través de todos los requisitos legales y fiscales que debe soportar hoy en día la contabilidad.
Fundada en el año 2000 con la misión de “elevar el nivel profesional del Contador Público”
