Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Tendencias en la Información Contable Pública – Rodrigo Loaiza


C.P Rodrigo Loaiza García

Cuando se analiza lo que ha sido la historia de la contabilidad pública en Colombia, durante el siglo XX, se puede identificar que el Sistema Nacional de Contabilidad Pública se caracteriza por la casi total inexistencia de un sistema de información basado en criterios modernos de control, partida doble y causación. La información contable de los entes públicos estuvo circunscrita meramente a registros del orden presupuestal. Cuando la Asamblea Nacional Constituyente reforma la Constitución en 1991 se sustenta la necesidad clara e inequívoca de que el Estado colombiano cuente con un Contador General de la Nación y un Sistema Nacional de Contabilidad Pública; es en 1995, cuando realmente se aplica este mandato con la constitución de la Contaduría General y nombramiento del primer Contador. Desde entonces se han dado importantes avances tanto cuantitativos como cualitativos. Lo cuantitativo en la medida en que se logra paulatinamente ir teniendo mayores niveles de cobertura en la aplicación del sistema. En el primer año de funcionamiento de la Contaduría General de la Nación los niveles de cobertura de las entidades eran alrededor del  30% y en menos de 4 o 5 años se avanzó hacia unas coberturas del 95%. Hoy en día cubre la casi totalidad de los entes públicos del orden nacional reportando información, utilizando herramientas de alta tecnología, como el sistema de reportes en línea.

Desde el punto de vista cualitativo el modelo ha tenido tres grandes momentos que podríamos denominar como el origen (1991), la primera reforma (2000) y la segunda reforma (2006). El origen, como ya se dijo, fundamentado en la Constitución de 1991 y posteriores normas que lo reglamentan, lográndose la creación del primer Plan General de Contabilidad Pública. La primera reforma (2000), que no modifica en lo esencial la parte instrumental sino que se hace una reforma al marco conceptual, los postulados y objetivos, planteándose como objetivo central la utilidad social de la información, enunciando de modo más explícito, la búsqueda de la utilidad social de la información como fin perseguido por el sistema.  La segunda reforma (2006), orientada a ajustar el Sistema Nacional de Contabilidad Pública a los Estándares Internacionales de Contabilidad para el Sector Público, con un nivel de cumplimiento estimado de unas 21 normas altamente compatibles con la estructura normativa de 24 normas o estándares emitidos por la Federación Internacional de Contadores (IFAC).

Esta evolución muestra una orientación dominante en la información contable pública que ha sido del orden financiero-patrimonialista. Aún así se puede plantear que los Sistemas de Información Contables Públicos, muestran unas “contratendencias” orientadas hacia el interés público, con un desarrollo potencial en el futuro próximo tales como:

La información contable pública como fuente de control fiscal. Los procesos propios de la contabilidad pública permiten posibilidades importantes de hacer seguimiento al uso de los bienes y recursos públicos. Así, por ejemplo, los procesos de saneamiento contable permiten la depuración, “auditaje” y acopio de documentos y pruebas valiosos para verificar la información contenida en los estados contables y además procesar a personas responsables en caso de uso indebidos de recursos públicos.

Otra gran tendencia es la restauración de la información de base socioeconómica, que permita hacer valoraciones sobre la capacidad de las entidades públicas y territoriales para contribuir a la gestión y distribución de la riqueza nacional, que es un derecho de todos los ciudadanos y, por supuesto, una obligación del Estado. A pesar de su prematura abolición, en las reformas antes comentadas es muy probable que este tipo de estados contables que permiten hacer seguimiento a la equidad y otros aspectos de interés social (Valor agregado, Productividad de factores, Estado de objetivos, etc) sean reactivados en los próximos años, según las tendencias internacionales y la presión por parte de la sociedad civil a exigir cada vez mayor transparencia en el manejo de las finanzas públicas.

Y, por último, la información contable pública como objeto de rendición de cuentas de la Administración Pública para la generación de confianza. La gradual evolución experimentada en los últimos años en los que se ha pasado de dictámenes negativos hacia dictámenes en limpio por parte de la Contraloría indudablemente se interpreta como que algunas administraciones gradualmente hacen transparente el manejo de la información contable, lo cual es uno de los elementos claves de la generación de confianza pública en los ciudadanos comunes y corrientes.

Para la academia debe ser un desafío para el próximo quinquenio o década, el compromiso de contribuir a desarrollar herramientas tecnológicas para que la Información Contable articule la posibilidad de ejercer control social y político a la Gestión Pública, contribuyendo así a un Estado con participación democrática más real.

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