Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Contabilidad para la victoria – Hernando Bermúdez Gómez


Quedamos intelectualmente capturados por el título del editorial del Vol. 24, Nos. 2–3, 2014, páginas 57–60, de la revista Accounting History Review: Accounting for victory.

Allá en el fondo de nuestra conciencia sabíamos que la guerra es una gran tragedia social, que implica una inmensa actividad económica, de la cual muchísimos se lucran. Sabíamos que la guerra provoca invenciones y descubrimientos para matar que, paradójicamente, terminan siendo usados para mejorar la calidad de vida de la raza humana. Pero cuando un artículo nos subraya que la guerra implica una administración inmensa de recursos y que ésta vuelca mayores demandas sobre la contabilidad administrativa y que los contadores, además, tienen muchísimo trabajo cuando los gobiernos aumentan los impuestos para financiar la guerra, afirmaciones que por obvias son innegables, sentimos un golpe generador de un gran dolor sicológico, al hacernos presente que los contadores y la contabilidad no escapan de la guerra, como tampoco lo hace ningún otro miembro de la sociedad. Entonces advertimos que la contabilidad nos puede servir para entender las guerras porque estas pueden ser estudiadas a través de aquella. Y también tomamos nota que la guerra implica desarrollos contables que sobreviven a la guerra y que pueden ser utilizados para fines pacíficos. He aquí una forma más de aprovechar la contabilidad, mucho más allá de resolver un dividendo o una inversión o la obtención de un crédito.

En el momento confuso que vive nuestro país, en el cual un Presidente trabaja para firmar un acuerdo con un grupo armado contradictor del establecimiento y, al mismo tiempo, dos Expresidentes divulgan sus reparos al pacto en proyecto, nos hemos preguntado ¿cuál fue el aporte de la contabilidad y los contadores al conflicto desde 1964, año en el cual se constituyeron las Farc? ¿Cuál ha sido el efecto del enfrentamiento sobre nuestra contabilidad y nuestros contadores? Pero, mejor aún: ¿Qué podrán hacer nuestros contadores, a partir de la contabilidad, durante lo que han decidido llamar el postconflicto?

Las preguntas que acabamos de plantear no son una forma de procrastinar otras reflexiones importantes en estos días, sino una forma de subrayar que según los contables afiliados a IFAC y a otras muchas agremiaciones a través del mundo, la profesión trabaja en beneficio del interés público. Ellos, los contadores, no son seres que dan la espalda a sus pueblos, ni se encierran en fórmulas matemáticas, ni se esconden bajo soportes, comprobantes y libros, mientras sus propias familias padecen, como las de los demás, de angustias que provienen de la enfermedad, la pobreza, la inseguridad y la injusticia. Ellos saben y así lo han declarado y reiterado en múltiples escenarios que, desde su disciplina, sus teorías y técnicas, tienen la posibilidad de ayudar a enfrentar los graves males de una sociedad, males que, como lo sostuvo Josemaría Escrivá, son una crisis de santos.

Hernando Bermúdez Gómez
Editor Contrapartida, Novitas, Registro Contable, Vademécum
Tomado de Contrapartida – De Computationis Jure Opiniones
Número 1970, 4 de abril de 2016

Hernando Bermúdez Gómez
Las publicaciones “Contrapartida” son escritas por miembros de la comunidad académica del Departamento de Ciencias Contables de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Javeriana.
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