Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
María Eugenia Ávila es Contadora Pública. Ya tiene una experiencia de cuatro años en el medio y aunque está trabajando en estos momentos busca crecer a nivel profesional, y por supuesto, ganar más de lo que actualmente le pagan. Se puso entonces a la tarea de buscar una nueva oportunidad laboral y encontró una muy llamativa.
«Buscamos Contadores Públicos con alto nivel de inglés (lectura, comprensión, expresión oral y escrita) para desempeñarse según experiencia – como Asistente Contable, Asistente de Impuestos o Senior Contable o Senior de Impuestos. Estudiantes de últimos semestres o recién egresados de Contaduría Pública o Contadores Públicos profesionales. Personas con conocimientos o experiencia en manejo de temas como impuestos, medios magnéticos, informes y análisis de cuentas», este era un breve fragmento de el ofrecimiento laboral que se encontró.
Entonces manos a la obra. Envió su hoja de vida y se armó de paciencia para esperar una respuesta positiva. La respuesta llegó unos días después. María Eugenia admite que estaba muy ilusionada porque se trataba de una firma de auditoría muy reconocida en nuestro país.
Su fuerte profesional está en el área de impuestos. Ella tiene experiencia en investigar, proyectar conceptos tributarios de acuerdo a las asesorías solicitadas por los clientes y realizar análisis de procedimientos tributarios, entre otras tareas. Estaba convencida que por ese ramo una nueva oportunidad laboral llegaría.
Sin embargo, la expectativa llegó a su final una vez supo que iba a ganar menos de lo que actualmente recibía mensualmente.
«Estaba convencida que porque se trataba de una firma de auditoría importante pagaban muy bien, pero iba a recibir menos. Además, vi con malos ojos que a un colega que también aplicó para el trabajo le dijeron una suma superior de salario. Me asaltó la duda entonces. ¿Será que por ser mujer me pagan menos?»
Es una hipótesis y una teoría que es verdadera. Así también lo piensa la Contadora Pública Carolina Guerrera
«Pienso que las mujeres ganan menos que los hombres por una sencilla razon: machismo. Y nosotras somos las únicas culpables de ambas situaciones. Como es casi imposible cambiar la mentalidad de las personas, simplemente hay que seguir trabajando arduamente. Todo es cuestión de cultura y aprendizaje, hoy hay muchos empleadores que se están dando cuenta que es mejor trabajar con mujeres que con hombres.
La idea es que se nos de el lugar que merecemos, entonces de esa manera cuando nosotras vayamos a pedir trabajo y nos pregunten por nuestra aspiración salarial tenemos que saber negociar para no aceptar «más poquito» y hacer una buena contraoferta».
Sí. Ese que se se firmó por allá en Marzo de este año con la presencia de Lucía Vásquez Zawadsky, consejera presidencial para la Equidad de la Mujer. El hecho es que la discriminación contra la mujer es persistente en nuestro país. Según cálculos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, los ingresos de la mujer son en promedio, el 58% de los del hombre.
La Ley 581 de 2000 establece que las mujeres deben ocupar como mínimo el 30% de lso cargos directivos en el sector público, situación que no se cumple.
Gracias a un estudio realizado por Human Capital a 170 empresas del sector privado, solamente el 20% de los cargos directivos es para mujeres y en las posiciones de empleados normales es más equitativo con el 60%. De esas 170, el 32% reconoce que no hay equilibrio salarial de género. En cargos de vivel organizacional, los hombres ganan 18% más que las mujeres y a nivel de gerencia, es del 19%.
Según el Observatorio Laboral para la Educación (OLE), del Ministerio de Educación, la desaceleración de la economía ha reducido en más de $100.000 el salario para los recien egresados que se enfrentan al mercado laboral.
De acuerdo con el informe, mientras en el 2007 los graduados el año anterior recibían en promedio 1 millón 689 mil pesos, en el 2008 los nuevos egresados pasaron a devengar 1 millón 528 mil pesos. Una reducción que, en el caso de los jóvenes con título universitario, pasó de 1 millón 436 mil pesos a 1 millón 337 mil pesos.
En términos salariales, a las mujeres les va peor que a los hombres. «La desigualdad es más alta cuanto más alto es el nivel educativo», señaló Mauricio Santamaría, director adjunto de Fedesarrollo, a El Tiempo.
Entre el 2001 y el 2008, lapso en que se realizó el análisis de las condiciones académicas y laborales de los recién graduados, se otorgaron más de 1.200.000 títulos de educación superior, de los cuales el 63,5 % corresponde a formación universitaria.
El 82% de quienes están laborando en estos momentos siente que su actual ocupación está relacionada con su profesión, mientras en los niveles técnico y tecnológico esa percepción baja al 66 y 65%. Según el OLE, la Contaduría Pública es una de las profesionaes que concentra el 31% de los graduados.
Para evitar los pagos injustos, la Red de Enlace Profesional (REP) realizó una tabla de remuneración. En ella se observan salarios que van desde $1.400.000, para profesionales sin experiencia, hasta los $3’700.000, para los de formación bilingüe con experiencia.
Glenia Palacio, coordinadora del comité de proyección profesional de la REP piensa que no son justos tantos puntos que piden por un sueldo tan bajo.
“Las compañías exigen un perfil con altos niveles de estudio, pero la remuneración no es suficiente. Mucha empresas no reconocen económicamente la alta formación con la que cuenta un profesional. Y un abuso que se presente es que a los recien egresados les colocan mucha carga laboral frente a un salario que es flojo”.
Lo negativo de la situación es que llega al punto de agravarse por culpa de la crisis económica por la cual se está atravesando, ya que muchas empresas deciden reducir la nómina o la congelan para cuidar su presupuesto.
Fundada en el año 2000 con la misión de “elevar el nivel profesional del Contador Público”
