Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Economía, la tormenta perfecta – José Arbey Maldonado Lenis


El crecimiento del PIB en el primer trimestre de 2017 es solo del 1,1 %, el peor de los últimos 8 años, la confianza del consumidor sigue en terreno negativo, principalmente por la presión de la reforma tributaria, temas de corrupción como Odebrecht y Reficar; los altibajos en los precios del petróleo a razón de las presiones geopolíticas; la alta volatilidad del dólar presionado por el petróleo; las decisiones erráticas del presidente Trump en Estados Unidos; los problemas de gobernabilidad, abastecimiento, corrupción y protestas en Venezuela, con su inflación galopante; el deterioro de la economía presionada por la corrupción en Brasil y la fuerte caída de la economía mexicana presionada por el cambio de posición de la políticas de migración y comercio en Estados Unidos.

El panorama no se ve bien para este año, y el 2018 es un año electoral, lo cual implica posponer muchas de las decisiones de inversión, expansión y crecimiento del sector real a la espera de saber los ganadores de las elecciones y, adicionalmente, la cuasi parálisis del sector publico por la puesta en funcionamiento de la ley de garantías electorales.

Adicionalmente, reconociendo que estamos en el desarrollo e implementación de los acuerdos de paz, con las presiones políticas y económicas que ello implica, y con un Gobierno con muy bajos niveles de aceptación y el sol a sus espaldas, muchos sectores sienten que el único mecanismo para que sus solicitudes sean atendidas son los paros y otros mecanismos de presión, ya lo estamos viendo en los casos de Buenaventura, Choco, el magisterio, el sector judicial y otros en camino. En conclusión, la tormenta perfecta.

Y ¿qué hacemos para aguantar el chaparrón? ¿Cuál es la receta para este negro panorama?

En mi concepto debemos trabajar en la planeación estratégica, tanto personal como empresarial, y, fundamentalmente, concentrarnos en dos cosas:

Primero, la productividad y eficiencia: respondernos permanentemente la pregunta, ¿en qué invertimos nuestro tiempo y recursos? Debemos realizar análisis de tipo costo beneficio de cada decisión que tomemos (qué productos y servicios son más rentables; cuáles clientes nos pagan más rápido; cuánto nos está costando la operación; en cuáles productos y servicios somos más eficientes; cuáles clientes, productos, servicios y mercados son más rentables y cuáles mercados atendemos más eficientemente), privilegiando la liquidez sobre la rentabilidad.

Segundo, la innovación: salirnos de nuestras áreas de confort y buscar otros mercados, otras aplicaciones de nuestros productos y servicios, otros negocios, otras oportunidades, otras alianzas.

José Arbey Maldonado Lenis
Contador Público Titulado – MBA con Énfasis en Gestión Estratégica E-mail: jamaldonado@grupocoach.com
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