Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
El cambio en la tarifa del impuesto de renta para las empresas restará en el recaudo tributario, así se compense con otras medidas. Para Fedesarrollo, aunque implementar la factura electrónica generaría beneficios sobre el recaudo, los efectos tendrían gran incertidumbre.
En su informe Tendencia Económica, publicado el 2 de julio de 2019, Fedesarrollo considera que más allá de los pronósticos de crecimiento económico que hace el Gobierno nacional a través del marco fiscal de mediano plazo –MFMP 2019–, los cuales lucen algo optimistas, existen dos elementos que tienen un impacto fundamental en las proyecciones fiscales de mediano plazo: la introducción de cambios metodológicos en la definición de déficit fiscal y el impacto estimado de la factura electrónica en el recaudo.
El MFMP 2019 considera un incremento en los ingresos del Gobierno nacional, a través de mayor eficiencia del recaudo tributario y nuevos componentes en los ingresos de capital. «Aunque el impacto del cambio tarifario en el impuesto de renta a empresas contemplado en la Ley de financiamiento le resta al recaudo tributario, esta reducción es compensada, según cálculos del Gobierno, por los ingresos derivados de un mayor crecimiento económico y otras medidas como la mejora en la gestión y administración de la Dian», indica Fedesarrollo.
Para la entidad, llama la atención que el Gobierno no incluya las utilidades del Banco de la República y los recursos provenientes de privatizaciones como fuentes de financiamiento, para incluirlas como ingresos fiscales en el rubro de recursos de capital, cambiando así el cálculo tradicional del déficit fiscal. «Respecto a las utilidades del Banco de la República, los recursos adicionales en 2019 corresponderían a 0,2 % del PIB; 0,3 % del PIB en 2020, y entrarían al subcomponente de excedentes financieros. De esta forma, los ingresos por excedentes financieros fueron ajustados de 0,9 % del PIB a 1,1 % del PIB en 2019», indica el informe.
La misma lógica aplica para los ingresos esperados por privatizaciones, que inician en 2019 con un aporte estimado de 0,6 % del PIB en 2019, y que coinciden con un plan de enajenaciones de activos de la nación hasta 2022. «El Fondo Monetario Internacional al respecto se refiere a la naturaleza de los ingresos por privatizaciones y establece que deben destinarse a financiar el déficit fiscal y no a afectar el balance del Gobierno nacional central», puntualiza Fedesarrollo.
Para la entidad, se debe conocer la opinión del Comité Consultivo para la Regla Fiscal sobre estos cambios, en particular si el comité va a avalar esta nueva forma, no tradicional, de medir el déficit fiscal. También hay inquietudes sobre la visión de las agencias calificadoras de riesgo sobre esta nueva metodología, especialmente en la medida en que algunas agencias han venido planteando su sorpresa con los frecuentes cambios en las metas de déficit estructural.
La factura electrónica es otro instrumento de política que generaría impactos adicionales en el recaudo tributario. Según el MFMP 2019, el potencial de disminución de la evasión del IVA y otros impuestos es sustancial, por lo que el éxito de esta medida incrementaría el recaudo en 0,2 % del PIB en 2020 y alcanzaría 1,3 % del PIB en el 2023, manteniéndose en este nivel hasta 2030.
«A su vez, el ingreso total del Gobierno nacional central pasaría de 15,3% del PIB en 2018 a 16,6% del PIB en 2019, disminuyendo gradualmente a 15,7% del PIB en 2030», indica el informe.
Desde el punto de vista de Fedesarrollo, aunque la implementación de la factura electrónica podría generar beneficios sobre el recaudo tributario, el tamaño de estos efectos tiene un alto grado de incertidumbre.
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