Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Empresas son el reflejo de las personas que las integran – Luis Eduardo Olaya A.


La empresa refleja a las personas. Si pusieras a una empresa frente a un espejo, se verían reflejadas las personas, lo bueno y lo malo que tienen y hacen. Si eres el fundador o CEO, verías reflejado todo lo que eres tú, ¡todo! Vale la pena entonces preguntarse “¿quién soy?” Una compañía se construye alrededor de lo que tú como fundador o CEO eres.

Una compañía refleja los valores de sus directivos. Una de las frases más célebres del profesor Peter Druker es “La cultura se desayuna la estrategia” (culture eats strategy for breakfast or lunch), que se refiere a que la cultura de la gente puede afectar una organización. En una organización puede haber varias culturas, definidas como dependencias peleando con otras dependencias por poderes, que al final afectan los resultados de la empresa.

Pero quiero ir un poco más allá con esta reflexión: cualquier resultado bueno o malo de una empresa es el reflejo de la(s) persona(s) que la compone(n) y la dirige(n), por tanto los resultados de la empresa dependen de las personas.

Quiere decir esto que si una empresa está mal, hay que corregir primero a quienes toman las decisiones. Si una compañía está sobre endeudada, por ejemplo, ¿no será también que sus directivos están sobre endeudados?, ¿no será que cometen los mismos errores con sus finanzas personales?

En algunas áreas de la ciencia médica, cuando un niño está enfermo primero hay que sanar a sus padres; en el caso de las mascotas, muchas veces le dan al dueño el mismo medicamento que le asignaron al animal. Si se sana el padre, el hijo tiene más probabilidades de sanar; si se sana el dueño, el tratamiento de la mascota puede ser más exitoso. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir, de nuevo, que la empresa es quienes la integran, luego los resultados de las empresas responden a las acciones de las personas que la llevaron a donde está.

Voy a hacer referencia a tres condiciones mencionadas por el profesor CP. Jesús V. Báez Ojeda de la Universidad de la Habana, trasladando la reflexión en curso al tema de fraudes, a saber: MOTIVACIÓN, OPORTUNIDAD y FALTA DE CONCIENCIA. Si hay falta de consciencia en los miembros de la empresa, hay más posibilidades de que se cometa fraude, pues es esa la condición que sostiene a los otros dos factores: si hay conciencia, será más difícil que la motivación y la oportunidad se creen.

La conciencia a nivel empresarial y personal es mucho, luego una empresa crecerá como crezca la conciencia de las personas que la conforman, sobre todo los directivos.

Solemos buscar las causas de los problemas fuera de los espacios que habitamos, cuando el problema está dentro de ellos. Hemos hecho de la tendencia a “echarle la culpa a los demás”, un deporte mundial, cuando deberíamos buscar las causas y responsabilidades desde el interior hacia el exterior.

Un antiguo aforismo griego reza Conócete a ti mismo. Cada uno debería preocuparse por mejorar y gobernarse a sí mismo antes de pretender mejorar y gobernar a los demás. Si no nos conocemos a nosotros mismos, muy difícilmente podremos guiar a una persona, mucho menos a una empresa completa.

Luis Eduardo Olaya A., PMP
Contrapartida, Novitas, Registro Contable, Vademécum
Tomado de Contrapartida – De Computationis Jure Opiniones
Número 3883, octubre 15 de 2018

Luis Eduardo Olaya A.
Las publicaciones “Contrapartida” son escritas por miembros de la comunidad académica del Departamento de Ciencias Contables de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Javeriana.
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