La estrategia se entiende como el conjunto de acciones aplicadas en un contexto definido para lograr unos objetivos. El contexto a aplicar en la auditoría es desarrollado bajo Normas de Aseguramiento de la Información.
El objetivo de las Normas de Aseguramiento es proporcionar una seguridad razonable sobre la veracidad de las cifras y afirmaciones de los estados financieros, es decir que sean creíbles y no se corra riesgo de tomar decisiones equivocadas con base en esos estados financieros. Una adecuada estrategia profesional para asumir el encargo de un trabajo de auditoría debe empezar por delimitar el alcance de nuestro trabajo y la responsabilidad que asumimos de realizarlo de manera óptima.
La estrategia también abarca el uso adecuado y eficiente de los recursos, tanto humanos como físicos y financieros.
Entonces, el primer paso es conocer el alcance de nuestro trabajo y la responsabilidad asumida; luego es verificar que se cuente con los recursos humanos (auditores idóneos), físicos y financieros para realizar el encargo en forma eficaz y eficiente. La aplicación de las normas de control de calidad, tanto a los integrantes del equipo de trabajo como al trabajo en sí a desarrollar, es muy importante en la estrategia y planificación.
Después de la elección de los auditores viene la planificación de la auditoría, la cual consiste en el pleno conocimiento de la entidad a auditar, tanto interna (objetivos organizacionales, políticas, estrategias corporativas, control interno, plan de mitigación de riesgos, etc.) como externamente (contorno o sector económico al que pertenece), las normas que rigen su funcionamiento, forma de operar, zonas de influencia, estructura de capital y forma de financiación.
En la estrategia de la auditoría deben contemplarse los tres riesgos a los cuales esta se encuentra expuesta:
En el desarrollo de la auditoría el auditor debe mostrar su escepticismo profesional sobre la información recibida, hasta que esta sea auditada y se verifique su razonabilidad y credibilidad. El escepticismo profesional consiste en no creer en todo lo que se diga dentro de unos rangos prudentes y no caer en el error de juzgar a priori y calificar todo de malo.
Una vez se haya realizado el plan de auditoría (conocimiento general de la empresa en su interior, como el entorno, evaluación de los objetivos, políticas, estrategias corporativas, control interno, aplicación de pruebas de control, sustantivas, analíticas, recolección de evidencias) el auditor con experiencia ya tendrá suficientes elementos de juicio para emitir un informe (dictamen) acerca de la situación financiera y administrativa de la entidad auditada. Lo anterior con las correspondientes recomendaciones acerca de los ajustes que se deben realizar a los estados financieros para que estos no presenten incorrecciones materiales no corregidas y las sugerencias para mejorar el control interno y procesos que se hayan identificado como deficientes; a su vez procederá a discutir con los integrantes del equipo los términos del informe para ser presentado a la administración de la entidad auditada.
Luis Raúl Uribe Medina
U. de San Buenaventura Cali.
Magister en Administración Universidad del Valle
*Exclusivo para actualícese.com