Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Norma Internacional de Auditoría “NIA 200” Objetivos del auditor: aspectos generales e importantes


Norma Internacional de Auditoría “NIA 200” Objetivos del auditor: aspectos generales e importantes
Actualizado: 12 marzo, 2015 (hace 9 años)

Esta norma internacional de auditoría muestra cuales son los deberes del auditor y, a su vez, enuncia los objetivos que este debe alcanzar  en la ejecución de las labores de análisis a los Estados Financieros.

La NIA 200 –Norma Internacional de Auditoría– explica que el auditor debe guiarse por las normas internacionales, pues su aplicación es obligatoria; éstas dan lineamientos para completar y obtener una interpretación de la auditoría que se realiza. Cuando nos referimos a una “acorde interpretación” se quiere  resaltar que dicho análisis debe cumplir con los objetivos que se quieren lograr con la aplicación de la norma.

Tengamos presente que las NIA no regulan o dan normatividad con respecto a las obligaciones legales que pueda tener el auditor, por ejemplo con las ofertas públicas de valores, pero pueden ser útil en el momento de análisis y criterios; sin embargo, en este caso puntual el auditor deberá hacerse responsable de las determinaciones u obligaciones relevantes legales, reglamentarias o profesionales.

“auditor es un facilitador en el logro de los objetivos que imparten las normas internacionales”

En la presente NIA se logra concluir que el auditor es un facilitador en el logro de los objetivos que imparten las normas internacionales, inclusive el auditor es un atestiguador que expresa que la información presentada en los Estados Financieros es correcta, confiable y que está acorde a las actividades económicas reales de la entidad, y dentro de un marco de referencia aplicable.

Así que, atestiguar en el marco de referencia, es una condición para la aceptación de un trabajo como auditor para certificar que los criterios a que se refiere la definición sean adecuados y disponibles a los presuntos usuarios.

Las NIA contienen principios básicos y procedimientos esenciales junto con lineamientos relacionados en forma de material explicativo, que  incluye apéndices. Para conducir una auditoría de acuerdo con la normatividad internacional, se deben considerar las Declaraciones Internacionales sobre Práctica de Auditoría (DIPAs o IAPSs por sus siglas en inglés) aplicables al trabajo de auditoría.

“DIPA (Declaraciones Internacionales sobre Prácticas de Auditoría)”

Complementando el párrafo anterior, definimos las DIPA (Declaraciones Internacionales sobre Prácticas de Auditoría).; como guías de cumplimiento para efectuar la auditoría mediante sistemas integrados de cómputo, que evalúan y aplican las técnicas necesarias. Las DIPA proporcionan orientación de interpretación y ayuda práctica a los auditores para implementar las NIA. Un auditor que no aplica los lineamientos incluidos en una DIPA relevante, necesitará estar preparado para explicar cómo se ha cumplido con los principios básicos y procedimientos esenciales de la Norma internacional tratados en las DIPA.

Ahora, otro punto que no se puede escapar y que debe quedar claro es la seguridad razonable en el proceso, el cual solo es alcanzado con los soportes suficientes y necesarios que evidencien la actividad económica y reduzcan el riesgo. Cuando se habla del riesgo en la auditoría, se hace referencia a probabilidades de error, que en ocasiones son inherentes al procedimiento y que obligan al auditor a tomar determinaciones concluyentes. Y hablando de los riesgos en la auditoría nos encontramos con la importancia relativa, la cual  explica la NIA 320 que está definida dentro del marco de referencia como la equivalencia del error, es decir, qué tanto se altera el proceso, resultado y demás objetivos de la auditoría con dichos errores o equivocaciones.

El riesgo en la auditoría e importancia relativa se caracterizan de acuerdo con la naturaleza de sus operaciones e industria, el entorno de regulación en que operan, así como su tamaño y complejidad, y se enfrentan a una diversidad de riesgos; la administración es responsable de identificarlos y de responder a ellos; finalmente, al auditor le interesan sólo los riesgos que puedan afectar los Estados Financieros; el concepto de seguridad razonable reconoce que hay un riesgo cuando la opinión de auditoría es o llega a una determinación inapropiada; para evitar esto el auditor deberá armar un plan de contingencia para reducir el riesgo a un nivel aceptablemente bajo, que sea congruente con el objetivo de la norma internacional.

Al auditor le preocupan las presentaciones erróneas de importancia relativa, pero no es responsable de la detección de presentaciones erróneas que no sean realmente relevantes en los Estados Financieros.

Finalmente,  el auditor es responsable de concretar y expresar una opinión sobre los Estados Financieros, pero la responsabilidad por la preparación y presentación de los mismos, de acuerdo con el marco de referencia de información financiera aplicable, es de la administración de la entidad, con supervisión de los encargados del gobierno corporativo.

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