Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Desde el punto de vista de la Ocde la cantidad de impuestos que pagan las empresas frena el crecimiento y la inversión. Existe una brecha significativa en el recaudo que varía entre 4% y 8% del PIB.
Hace cerca de un año, según el reporte Doing Business 2015 elaborado por el Banco Mundial, Colombia es la economía con el mejor clima para los negocios en Latinoamérica. Este ranking tiene en cuenta la facilidad para establecer negocios, registrar propiedad, acceder a crédito, pagar impuestos, hacer transacciones de comercio internacional, entre otros indicadores, ubicó a nuestro país en el puesto 34 entre 189 países analizados.
El puntaje de Colombia es de 72.29, 16 puntos por debajo de Singapur, el país mejor posicionado del listado, y a solo 7 de países como Alemania o Canadá. Cabe destacar que tiene el mejor puntaje de todos los países de América Latina.
La obtención del crédito, la fortaleza de los derechos legales de prestatarios y prestamistas se reconocen como aspectos positivos. Lo anterior se debe a la implementación del nuevo marco regulatorio de Garantías Mobiliarias, establecido en la Ley 1676 del 2013, que permite la utilización de activos alternativos como colaterales de los créditos. Las empresas pueden usar maquinaria, equipos, inventarios o capital de trabajo como garantía efectiva del crédito, y no dependen solamente de propiedad raíz para ello.
Este nuevo marco regulatorio genera una simplificación en la constitución y ejecución de las garantías, lo cual permitirá reducir los costos de transacción y operación, y dar mayor seguridad a las instituciones financieras.
Como lo publica El Espectador, “con la reducción de los riesgos, se obtendrá una mayor flexibilidad en los créditos, mayor capital disponible, menores intereses y mayores plazos; beneficios que serán percibidos por las empresas al momento de buscar recursos. Esta realidad la reconoce el Banco Mundial y la premia con mejores calificaciones para Colombia en materia de acceso al crédito”, dice el ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas.
Sin embargo, los empresarios opinan que todavía se está fallando en el ítem de los impuestos para que el país escale más peldaños en este escalafón. Uno de los indicadores que más pesó negativamente en la posición general de Colombia son los impuestos, en especial en dos categorías.
El primero es el tiempo en horas dedicado a preparar, presentar y pagar la tributación que asciende a 239 horas por año en contraste con las 175 de los países de la Ocde, aunque es mejor a las 365 en promedio para la región latinoamericana.
El segundo y quizás el más importante es la cantidad de impuestos y el monto de estos. La tributación colombiana a la renta exige el 19,9% comparado con el 16,4% de la Ocde y cercano del 20,7% de América Latina.
Entre los impuestos, la categoría de “otros impuestos” obliga a las empresas del país a destinar hasta el 28,6% de sus ganancias en tributación, siendo esta tan alta, que los porcentajes de la Ocde y sus vecinos en la región son de lejos más atractivas (1,9% y 12,9% respectivamente).
Este mes, Christian Daude, jefe de la Unidad de Colombia y Grecia de la Ocde, hizo un llamado para que el Gobierno se siente a dialogar con los empresarios y se logren acuerdos tributarios que no desestimulen la inversión.
El representante de la Ocde indicó que los niveles de recaudo en Colombia están en poco más del 20% del Producto Interno Bruto –PIB–, con tasas impositivas altas para una pequeña base, en vista de la alta evasión, es decir, que no todos los que debieran pagar lo hacen.
Dijo que el país debe buscar concertar para que la regla fiscal se pueda cumplir, pero no a costa de las empresas, porque así frenaría el crecimiento y la inversión. “Los países de Ocde recaudan en promedio casi un 35% del PIB. No es una obligación para Colombia, pero reconocemos que hay una brecha significativa en el recaudo, que varía entre 4 y 8 por ciento del PIB”, explicó Daude en El Colombiano.
Según el equipo de investigación de la Ocde, impuestos como el CREE, IVA y al patrimonio generan una tasa marginal efectiva del 48%, que afecta la inversión de las empresas, aunque paradójicamente, la tasa de inversión es buena, del orden del 30%.
Solo el sector eléctrico, aunque suma inversiones anuales que superan los 5.000 millones de dólares, también realiza aportes anuales de 3,3 billones de pesos por concepto de impuesto a la riqueza, es decir, 20% del total de este tributo. De igual manera, por pagos de renta, transferencias ambientales e impuestos locales la factura asciende a 2,5 billones de pesos.
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