Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
«Recuerdo que sentía que me estaba jugando un muy buen puesto en una empresa reconocida por un lado. Por el otro, estaba cursando la Universidad. Ya iba en sexto semestre y veía que las puertas laborales ya estaban abiertas. Era complicado pero observar que quincenalmente me consignaban dinero en mi cuenta hizo que me concentrara por completo en el trabajo y dejara a un lado estudio».
Ese era el pensamiento de Ricardo Arriaga, un hombre que con 32 años de edad ya tiene una carrera universitaria y una especialización. Pero ese recorrido no fue fácil porque como ya lo narró, las dudas se apoderaron de él. Seguramente no es el único que pasa por esa etapa. Escoger entre estudiar o trabajar, o hacer las dos cosas al mismo tiempo.
«En el puesto que tenía me era complicado continuar con mis estudios. Mis padres, por otra parte, me insistían en la importancia de tener el cartón para seguir adelante. Yo los escuchaba, pero me dejaba llevar más por cumplir en mi trabajo. La situación laboral en Colombia es complicada y siempre pensaba en las personas que les gustaría tener mi puesto», agrega Arriaga.
Pero llegó un punto en el que Ricardo reflexionó y veía como en un futuro no podía aspirar a más por culpa de no tener su cartón de profesional. Fue así como terminó la Universidad, y luego de cambiar de trabajo tuvo tiempo para realizar su especialización.
En Colombia, la competencia para terminar los estudios de grado aumenta considerablemente entre los alumnos, y aunque no existe una edad ideal para obtener un título profesional, en promedio la mayoría de estudiantes finalizan esa etapa universitaria entre los 27 y 29 años.
Como lo publica educaedu.com especialmente en América Latina no hay un estándar para culminar una carrera, pero según el país existe una variación particular. Por ejemplo, en Brasil los estudiantes finalizan sus programas educativos a temprana edad, en Argentina el nivel de profesionalización se presenta en un periodo más tardío.
A pesar de estas cifras, hay una verdad que se vive y es la valoración significativa que recibe la experiencia laboral, por eso lo ideal sería lograr posicionarse en el mercado y ganar experiencia rápidamente para sumar oportunidades en compañías de renombre.
Aun así, es claro que estudiar y trabajar requiere de mucha disciplina y dedicación, además de un gran esfuerzo, pero la elección muchas veces es obligada por la situación económica, más que por el deseo del estudiante.
Por lo general las personas en mejores condiciones financieras prefieren aprender diferentes habilidades o aprovechar la experiencia de vivir fuera del país, sucediendo lo contrario con aquellos que no tienen las mismas oportunidades, ya que primero se desempeñan en trabajos que les permiten costear sus estudios o créditos, haciendo que se desvirtúe la línea imaginaria de edad promedio.
Lo realmente importante es encontrar el equilibrio de los tiempos para hacerse profesional, en algunas ocasiones es mejor postergarlo, en otras conviene más graduarse temprano y tener un proyecto aterrizado sobre las posibilidades laborales. En ciertos países de Latinoamérica se discrimina por ser muy joven o muy adulto, lo que varía según las necesidades específicas del mercado y las empresas.
Finalmente no existe una edad ideal, todo depende de la profesión que se quiera estudiar y las posibilidades que ofrece la institución, de igual forma, para poder encontrar el complemento perfecto es importante escoger el tipo de impartición, full time o part time, presente en portales como Educaedu donde el estudiante puede seleccionar entre una amplia oferta educativa.
Katheryn Monaham, de la Universidad de Washington; Joanna M. Lee de la de Virginia y Laurence Steinberg de la de Temple hicieron una investigación con más de 1.700 estudiantes y estos fueron algunos resultados
Para el gerente general de Universia Colombia, Ruth Polchlopek, los jóvenes deben ser conscientes de los sacrificios que se deben hacer para tener un futuro laboral prometedor. “Toda experiencia que se tome fuera del país de origen representa la mejor oportunidad de crecimiento y aprendizaje”, dijo en la revista Dinero.
Pero ¿cuáles son las barreras que tienen los universitarios para ir a trabajar a otro país? El idioma con 33% es el principal factor que dificulta una oportunidad de trabajo en el extranjero.
En segundo lugar se encuentra los ingresos económicos con un 16%, la distancia con los familiares en 15%.
Otros factores que inciden son la inestabilidad laboral en un 11% y el no haber terminado los estudios en 7%. Sin embargo para un 18% no existe una barrera en particular.
Entre los encuestados, hubo una mayor participación masculina, un 53%, que sí se decidiría por trabajar en el extranjero. La femenina con un 47%.
La mayoría de los universitarios consideró que el tiempo ideal para estar fuera del país es entre un año y tres.
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