Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Manejo contable de los contratos de seguro


Manejo contable de los contratos de seguro
Actualizado: 22 agosto, 2018 (hace 6 años)

Cuando se está ante un contrato de seguro lo primero que debe determinarse es quiénes actúan como aseguradora, asegurado y beneficiario; posteriormente, revisar las condiciones del contrato y finalmente identificar la vigencia de este, para concluir cómo reconocer las partidas implicadas.

A continuación, daremos respuesta a la siguiente inquietud: ¿Qué aspectos contables deben ser considerados en los contratos de seguro?

Para resolver esta pregunta iniciamos mencionando que en el contrato de seguro actúan tres partes: la aseguradora, el asegurado y el beneficiario. Cabe anotar que el asegurado y el beneficiario en algunos casos puede ser el mismo como en el caso del seguro obligatorio de accidentes de tránsito –SOAT–, en cambio en contratos de seguros de vida el asegurado será distinto del beneficiario (pues después de fallecer el asegurado, no podrá recibir beneficios).

Ahora bien, luego de determinar las partes del contrato se debe identificar el riesgo asegurado, la prima de seguros, la vigencia de la cobertura, las condiciones para la reclamación de la póliza y demás características relativas al acuerdo.

En cuanto a las normas técnicas contables, para el caso del asegurado, estas buscan que el gasto asumido por la póliza quede cargado en el período en el que se genera, veamos unos ejemplos.

Ejemplo 1

Si una póliza tiene un costo anual de $12.000.000 y se compra del 1 de enero de 2018 al 31 de diciembre de 2018, se cargarían todos los $12.000.000 al gasto de dicho período y al cierre de 2018 no quedaría ningún rubro pendiente por reconocer en dicha partida.

Ejemplo 2

Teniendo en cuenta los datos anteriores, si en cambio, la póliza se adquiere el 1 de abril de 2018 hasta el 31 de mayo de 2019, proporcionalmente se contabilizaría un gasto en el 2018 por valor de $9.000.000 y los otros $3.000.000 quedarían reconocidos como activo en el 2018 (ya sea como intangible, activo diferido o gasto pagado por anticipado). Para el 2019 se daría de baja dicho activo y se contabilizaría el respectivo gasto.

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