Este tipo de crédito informal es una de las principales fuentes de financiación de las familias de más bajos ingresos del país. De los 6,8 millones de colombianos que se han endeudado en alguna oportunidad, 83% reconoce que lo ha hecho con familiares, vecinos o amigos; casas de empeño u otros prestamistas informales. El Gobierno viene afrontándolo desde el año pasado con el Decreto 2654.
Recientemente el superintendente financiero, Jorge Castaño Gutiérrez, sobre el acceso al crédito informal por parte de los empresarios dijo que “llama la atención que en los beneficios que se están viendo dentro del sistema financiero aparecen las tasas de interés bajas que se están cobrando. Por supuesto, la comparación se hace frente a una oferta de crédito informal que tienen unas tasas de interés mucho más altas. Creo que hay una necesidad de generar productos especializados para ese sector de la población, pero hay que destacar que se le está ganando la batalla al “gota a gota”. Cerca del 25% de las personas que tienen acceso al crédito reconocen como un nivel de satisfacción las tasas de interés bajas para conseguir créditos”.
Cualquier colombiano, en algún momento determinado, puede necesitar de forma urgente un dinero con el cual no cuenta y que, para evitarse trámites extensos con cualquier entidad financiera, busca la forma de obtenerlo de forma fácil. Es aquí donde aparecen los préstamos “gota a gota”.
Este tipo de préstamo, en el más reciente informe de inclusión financiera, de la Superintendencia Financiera, es el que tanto microempresarios (9%) como personas (6%) continúan buscando en prestamistas informales o “gota a gota” la forma de obtener el dinero que necesitan de forma rápida y fácil.
Y aunque los porcentajes están ahí, muchos desconocen el significado de realizar un préstamo bajo estas circunstancias y los altos intereses que ello puede implicar mes tras mes, que por lo general pueden ser superiores del 15% mensual.
Este crédito informal continúa siendo una de las principales fuentes de financiación de las familias de más bajos ingresos del país, ya que de los 6,8 millones de colombianos que se han endeudado en alguna oportunidad, 83% reconoció que lo ha hecho con familiares, vecinos o amigos; casas de empeño u otros prestamistas informales. Así lo establece la Encuesta de mercado de crédito informal en Colombia presentada la semana pasada.
Solo el 17% de esas familias de los estratos 1, 2 y 3 afirma haber accedido a un préstamo formal con algún banco, cooperativa, fondo de empleados o caja de compensación.
Para estas familias, tanto familiares como amigos se convierten en su principal ‘salvación’ cuando necesitan liquidez, a la hora de salir de un apuro económico. El 73% de esas personas admite haber acudido a su círculo social más cercano por un préstamo; 23%, a empeñar algún artículo de su hogar; y 25% ha recurrido a prestamistas. Además, de ese número de hogares, unos 4,6 millones todavía están pagando dichos créditos, de los que el 53% son préstamos informales.
En diciembre del año pasado, el Gobierno presentó una nueva modalidad de crédito de bajo monto, dirigido a personas de escasos ingresos que no han tenido acceso al sistema financiero, para combatir y acabar con el “gota a gota”. Los créditos podrán ser otorgados hasta por un monto de dos salarios mínimos y la única condición para acceder es que sean personas que no tengan ningún producto financiero, ni relación alguna con el sistema bancario.
El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, explicó en aquel entonces, que la tasa de interés que se le cobra a una persona con el ‘gota a gota’ es del 280% efectivo anual, por lo que con esta nueva línea buscan combatir estos créditos informales con una tasa de 31,96% y una tasa de usura de 47,94%. Este tope tiene vigencia hasta septiembre del 2015.
Cárdenas dijo que no se trata de créditos rotativos, es decir que no funcionan bajo la modalidad de tarjeta de crédito -que se va pagando y se abre el cupo otra vez- y tendrá un plazo máximo de pago de hasta 36 meses. Los bancos deberán definir los plazos de cobro para los ciudadanos que quieran acceder a este producto. Las entidades que entren a utilizar este producto tienen que tener cuidados especiales para asegurar que los préstamos se hagan en condiciones que pueda pagar esta nueva población, que no se genere un sobreendeudamiento y sean sostenibles. Este nuevo producto financiero fue reglamentado por el Gobierno Nacional el 17 de diciembre del 2014, por medio del Decreto 2654.