Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Al hablar de conceptos como vida económica, vida útil y vida útil remanente, hacemos referencia a los activos. La vida de un activo es uno de sus atributos más importantes.
La vida de los activos es un tema transversal en los todos los marcos normativos de información financiera actualmente vigentes en el país y que pueden ser consultados en los anexos 1 (Estándar Pleno), 2 (Pymes) y 3 (microempresas) del Decreto 2420 de 2015; en las siguientes líneas nos referiremos a los diversos términos asociados con esta temática:
La vida de un activo es uno de sus atributos más importantes. Aunque se trate de elementos inanimados, se asume que los activos gozan de un tiempo de vida a través del cual son capaces de generar beneficios económicos. Dado que los activos generan beneficios económicos a lo largo de esta, la vida total del activo suele llamarse vida económica.
La vida económica de un activo es el tiempo que transcurre desde que inicia su período productivo hasta que deja de generar beneficios, punto en el cual se espera que su valor residual sea cero.La vida útil es el tiempo durante el cual una entidad espera obtener beneficios económicos de sus activos. Depende de las expectativas de la administración sobre el uso y la productividad del activo, de las características mismas de este, entre otros aspectos. La vida útil, en casi todos los casos, es menor que la económica.
Al hablar de vida útil remanente, el Decreto 2420 de 2015 se refiere a la vida útil que tiene un activo desde el momento en que se está llevando a cabo la evaluación. Si una entidad decide reevaluar sus activos en el estado de situación financiera de apertura, ese valor se convierte en el nuevo costo del activo. En ese momento, la entidad debe estimar la vida útil remanente, es decir, el tiempo durante el cual espera seguir utilizando el activo desde que tiene lugar el balance de apertura hasta el final de su vida útil.
En la evaluación de la vida útil remanente no interesa lo que haya sucedido con el activo en períodos anteriores, sino lo que pasará con este en los siguientes.
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