Mientras la Auditoría financiera se basa en la realización de muestreos y no revisa todas y cada una de las transacciones, la forense examina todas las operaciones ejecutadas en una área, realizando pruebas en detalle.
La Auditoría forense, traducción de la terminología anglosajona “ForensicAccounting”, se utiliza para intentar englobar el trabajo de revisión financiero-contable que se realiza para los dos siguientes casos:
Para lograr una conclusión se hace necesaria una revisión exhaustiva de los registros contables de la sociedad, así como de toda la documentación que los soporta. El objetivo de dicho análisis es poder determinar si se han registrado correctamente las operaciones realizadas por la sociedad y si estas operaciones:
De esta manera que puedan soportarse en un proceso de litigio o disputa, para ayudar a un juez o al tribunal arbitral a encontrar cuál es la esencia de una disputa financiera.
Por otra parte, una Auditoría forense, examina todas y cada una de las operaciones ejecutadas en un área, realizando pruebas detalladas sin confiar, ni en la Gerencia de la sociedad ni en los controles diseñados e implementados por esta, tal y como lo realiza una Auditoría típica. Una Auditoría forense no debe tener limitado el alcance, y tampoco debe estar basada en la materialidad.
Esta debe estar compuesta por:
El proceso termina con el informe de auditoría, donde se expone el componente auditado, el objetivo logrado, el alcance empleado, la metodología utilizada, los resultados obtenidos y las conclusiones.
La importancia de una Auditoría financiera radica en ser un elemento de la administración que ayuda en la obtención y proporcionamiento de información contable y financiera y su complementaria operacional y administrativa, base para conocer la marcha y evolución de la organización como punto de referencia para guiar su desempeño en el largo plazo.