Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Soborno y corrupción: prácticas habituales en el ambiente empresarial colombiano


Soborno y corrupción: prácticas habituales en el ambiente empresarial colombiano
Actualizado: 29 abril, 2016 (hace 8 años)

La firma EY encuestó a 50 empresarios colombianos, donde el 30% estarían dispuestos a cometer actos antiéticos para justificar un negocio. Falsificación de resultados financieros, pagos en efectivo para retener negocios, modificaciones en contratos firmados y hacer regalos, son algunas de las prácticas que se realizan.

En medio del ambiente empresarial nacional, algunos ejecutivos colombianos admiten que un comportamiento antiético, que se puede reflejar en un soborno, vale la pena cuando a la hora de conseguir un buen negocio se trata.

La Encuesta Global sobre Fraude 2016 de EY ubica a Colombia en el séptimo lugar en la lista de países que participan, teniendo en cuenta el porcentaje (80%) de los empresarios que consideran que el soborno y la corrupción son prácticas habituales para hacer negocios. La peor situación se da en Brasil, donde el 90% de gerentes señalan la corrupción como parte inseparable del sector empresarial.

En el estudio fueron encuestados más de 3.000 ejecutivos de 62 países y en Colombia se consultó a 50 empresarios de diferentes sectores de la industria, quienes destacan como una necesidad saber con quién realizan sus negocios.

Liudmila Riaño, socia de EY y líder del área de investigaciones de Fraude y Servicios de Disputa en Colombia, asegura que los resultados de la encuesta revelan que, pese a los esfuerzos, la percepción de corrupción y fraude no baja, de tal manera que el porcentaje del 80% es mayor al registrado en la encuesta del 2014.

“En Colombia, los resultados de la encuesta reflejan que el 30% de los ejecutivos consultados estaría dispuesto a cometer actos no éticos para justificar un negocio, como falsificar los resultados financieros o hacer pagos indebidos», dice.

Riaño añade que “este resultado en Colombia está por encima del resto de los países de Suramérica, lo cual refleja la necesidad de implementar programas proactivos y efectivos de ética en los negocios y cumplimiento corporativo que sean promovidos y adoptados desde la alta gerencia”.

“el 42% de los consultados dice que justificaría un comportamiento antiético si lo lleva a cumplir objetivos financieros”

En general, se tiene la idea de que los culpables de corrupción no son castigados; esa es la opinión del 48% en Colombia. Por otra parte, el 42% de los consultados dice que justificaría un comportamiento antiético si lo lleva a cumplir objetivos financieros. También se evidencia que el 16% de quienes están en equipos de rango inferior al máximo responsable de las finanzas en la compañía, también justifican un pago para conseguir o mantener un determinado negocio.

Mediante la encuesta se concluye que un 36% de los directores financieros considerarían prácticas contrarias a la transparencia. El 3% de ellos se inclinaría por falsificar los resultados financieros, el 9% estaría dispuesto a modificar la fecha de un contrato firmado y otro 13% estaría a favor de hacer pagos en efectivo para ganar o retener un negocio. Hacer regalos para tener un logro empresarial también está en la lista de las prácticas.

Otra conclusión que la encuesta presenta es que las cabezas del departamento financiero de las compañías no dimensionan los riesgos de la ciberdelincuencia para la organización.

Según la consulta de EY, un 47% de los ejecutivos que participan en la encuesta global considera que el cibercrimen es una amenaza.

Empleados en la mira

En el 2013, KPMG realizó un estudio llamado Encuesta de Fraude en Colombia 2013, el cual indicaba que el 70% de los crímenes económicos habían sido cometidos por empleados de las propias compañías para las que trabajan.

Las “pequeñas” acciones de robo realizadas por los empleados representan una gran pérdida anual, que según la firma KPMG ronda los $3.600 millones de dólares, lo que se traduce en el 1% del producto interno bruto –PIB– nacional.

Los sectores más vulnerados son: combustibles, telecomunicaciones y transporte público, con proporciones que alcanzan hasta el 4% de sus ventas por año.

Luis Anaya, gerente general de Alto Colombia explica en El Espectador que este tema se vuelve alarmante cuando se observa que más de la mitad de los hurtos proviene del personal de las compañías. “Hay corrupción por parte de los departamentos de compras, hay fraude electrónico con hackeo de firmas y hackeo de cuentas, y hay un tema de robos de usuarios. Estos delitos no son considerados graves en ningún país, tanto como para meter a alguien a la cárcel, pero sí tienen el peso suficiente para ser denunciables. Nosotros nunca nos imaginamos que en la industria iba a haber tanta complicidad interna y lo que nos encontramos es impresionante. En retail se pierden US$150 millones al año en Colombia y el 70% es por el personal”, dice.

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