Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
La vida útil de un activo no puede ser determinada por un tercero externo a la operación; lo correcto es que la entidad se valga de su conocimiento interno para poder estimar el tiempo en el cual el bien entregará beneficios en ese entorno específico.
Resolvamos brevemente la siguiente consulta de uno de nuestros usuarios: en cuanto a los activos (muebles, equipos, maquinaria, computadores) que se reconocerán por su valor neto, ¿qué vida útil debe asignarse para seguir depreciando?
Para efectos de la determinación de la vida útil, se asumirá que el usuario consulta por activos que a la fecha del balance de apertura se reconocían por un valor neto; es decir que se retiró la depreciación, el costo, las valorizaciones y se hizo una valoración de los activos para su incorporación al balance. La respuesta a esta consulta específica reposa únicamente sobre cada uno de los preparadores de la información.
La concepción de vida útil según el Estándar Internacional es un tema propio de cada entidad; es un asunto que tiene que determinar el dueño del activo y que resolverá según como conciba su propiedad y cómo desee usarla.
La norma indica que la vida útil es el tiempo en el cual la entidad espera obtener los beneficios económicos del activo; así pues, cuando una entidad adquiere un activo, lo que debe hacer es asignarle una vida útil estimada por la misma entidad, pero que no tiene que ser decidida por el proveedor, el consultor de convergencia, ni ningún tercero.
En términos generales, para determinar fácilmente la vida útil del bien la gerencia podrá consultar con sus trabajadores, específicamente con los que tendrán relación con este, cuánto tiempo se estima que puede estar en funcionamiento. Ante tal situación puede recibir como respuesta hipotética que se estima una utilización de 10 años, que es el mismo período en el que se espera fabricar el producto en particular para el cual se necesita la máquina.
Cuando el activo es de un valor bastante relevante en los estados financieros, es necesario determinar una vida útil muy cercana al período real; pero no podrá nadie externo determinarla, sino que debe calcularla la entidad después de haber evaluado el uso que le dará, el ritmo de trabajo al que se enfrentará, los mantenimientos que se le programarán, etc.
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