Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
En los países desarrollados cerca del 85 % del recaudo tributario a través del impuesto de renta proviene del gravamen a los hogares y solo el 15 % – 20 % es de las empresas. Argumento de que la baja tributación empresarial impulsa el dinamismo del mercado en los países desarrollados es equivocado.
En su comentario económico del día, del 21 de agosto de 2019, titulado Eficacia en el recaudo tributario: ¿Cómo es el balance firmas vs. hogares?, Anif recuerda que entre los años 2016 y 2017, durante el examen de vinculación de Colombia a la OCDE, nuestro país obtuvo dos importantes recomendaciones en materia de eficacia en el recaudo tributario:
La entidad aclara que la OCDE no recomendaba reducir el recaudo en cabeza de las firmas, como efectivamente estará ocurriendo luego de la Ley de financiamiento, Ley 1943 de 2018. Anif ha estimado que el recaudo proveniente de las firmas estará cayendo del actual 5.5 % del PIB a un 4.5 % del PIB (-1 % del PIB entre 2020 y 2022).
La estrategia consistía en aprovechar el correctivo de la Ley 1819 de 2016 para lograr que más firmas se unieran al recaudo, ya que la tasa efectiva de tributación se estaba reduciendo desde el 60 %, enunciado por la Ley 1739 de 2014, hasta un 46 %, cifra promedio que manejan los países de la OCDE.
«En efecto, el recaudo combinado del impuesto de renta cobrado a firmas y hogares en los países desarrollados rinde cerca del 10 % – 12 % del PIB, mientras que en América Latina y en Colombia este recaudo es prácticamente la mitad (6 % – 7 % del PIB), lo que quiere decir que el problema de América Latina y nuestro país no es solo de composición tributaria (firmas vs. hogares), sino de baja eficacia en el recaudo», indica el análisis económico.
En los países desarrollados cerca de un 80 % – 85 % del recaudo por impuesto de renta proviene del gravamen a los hogares y solo un porcentaje entre el 15 % – 20 % proviene de las firmas. Usualmente se argumenta que “esa es la prueba” de que la baja tributación empresarial termina por impulsar el dinamismo del mercado en los países desarrollados y no así en los emergentes de la región.
La anterior argumentación del “supply-side economics”, se ha visto reforzada con la reforma tributaria de Trump en 2018, la cual redujo drásticamente la tasa del impuesto de renta corporativa desde el 35 % a un 21 %. Sin embargo, poco se ha analizado el problema fiscal que esta reducción estará generando en el recaudo de las firmas en Estados Unidos, cayendo por debajo del 1.9 % del PIB observado en 2018.
«Difícilmente esa caída en el recaudo de las firmas se podrá compensar con el incremento en el recaudo de los hogares, pues la reforma de Trump solo elevó la tributación sobre el componente de ganancias de capital y de “cruces” con impuestos a nivel de ciertos Estados de la Unión. Actualmente, se pronostica que el déficit fiscal de Estados Unidos estará bordeando un 4 % – 4.5 % del PIB durante 2020 por cuenta de ese desplome en los recaudos empresariales y del mayor gasto militar», indica Anif.
Como conclusión, plantea Anif que, América Latina, y Colombia en particular, tiene un serio problema de eficacia en la recolección del impuesto de renta, especialmente hablando de los hogares. Pero, si este es un problema estructural que tiene que ver con las dificultades de hacer seguimiento tributario a dichos hogares en Colombia, es un “suicidio tributario” desmontar la tributación empresarial sin contar con la eficacia requerida para compensarla con incrementos en cabeza de los hogares.
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