Cuando un colombiano queda desempleado cuenta con dos mecanismos para su protección: las cesantías y el mecanismo de protección al cesante. Estos, desde el punto de vista de Fedesarrollo, no han alcanzado su objetivo, se han desvirtuado, generan dudas y los resultados no son los esperados.
En Colombia los altos niveles de informalidad laboral restringen la existencia de beneficios al desempleo. Para limitar el impacto negativo por la pérdida de empleo en nuestro país, se han implementado dos beneficios para los desempleados: el auxilio de cesantías y el mecanismo de protección al cesante –MPC–. Los dos buscan compensar financieramente la pérdida de ingresos generada por el desempleo, y en el caso del MPC, ayudar a encontrar un nuevo empleo. Fedesarrollo en su Informe mensual del mercado laboral, correspondiente al mes de junio, los describe. A continuación exponemos los puntos más importantes de estos, así como críticas que hace la entidad.
Las cesantías deberían ser solamente entregadas al término de un contrato de trabajo, para que sirvieran como mecanismo de protección del ingreso en la etapa de desempleo, pero este criterio se ha desvirtuado con el tiempo por la aprobación de múltiples excepciones que permiten su uso para adquirir y reparar vivienda, pagos por concepto de matrículas en entidades de educación superior y pago del predial o impuestos por valorización.
Estas excepciones han llevado a que solo una tercera parte de las cesantías se utilice por terminación de un contrato. Más de la mitad se usan para compra o mejora de vivienda. En conclusión, este instrumento no está cumpliendo con su propósito primigenio de proteger a los trabajadores frente a una potencial situación de desempleo, asegura el informe de Fedesarrollo.Desde el punto de vista del informe de Fedesarrollo no es claro si el MPC ha tenido los resultados esperados. Este se financia a través del Fondo de Solidaridad de Fomento al Empleo y Protección al Cesante –FOSFEC–, que recibe recursos por el 11,5 % de los 4 puntos porcentuales del salario que se aportan por parte de todos los trabajadores con destino a las cajas de compensación familiar, quienes son los administradores de estos recursos.
Cifras del Ministerio de Hacienda en 2017 indican que el FOSFEC recibió recursos por 713 mil millones de pesos. A través del servicio público de empleo en 2017 se orientaron cerca de 850.000 personas en su búsqueda de trabajo, mientras que 458.000 personas efectivamente lo encontraron. Desde Fedesarrollo se piensa que aunque estos resultados son positivos, la proporción de personas que encontraron empleo como porcentaje de las hojas de vida registradas fue de solo 7,4 %.
Por su parte, en 2016 las cajas de compensación familiar por medio del MPC hicieron pagos a salud, pensión, cuota monetaria y bono de alimentos para cerca de 161.000 personas, equivalente a 7,2 % del número promedio de desocupados durante ese año. Esta baja cobertura genera dudas sobre el impacto que está logrando este mecanismo y plantea la urgencia de evaluar sus resultados vs. los costos que acarrea.