Jeimy Cano, docente de la Universidad del Rosario y director de la revista Sistemas de ACIS, afirma que la comunidad internacional viene aumentando su capacidad de monitoreo y detección frente a delitos informáticos con el fin de leer las tendencias y actividades de los cibercriminales.
«Esta condición de ductilidad frente a la incertidumbre hace que las redes delincuenciales, sean capaces de enfrentar la inestabilidad que supone navegar sobre algo que no conocen, muchas veces con temeridad y osadía, para concretar luego estrategias más concretas que los lleven a realizar con mayor tranquilidad, e incluso invisibilidad, sus acciones contrarias al ordenamiento jurídico nacional e internacional», afirma Cano.
Frente a esta realidad, la comunidad internacional viene aumentando su capacidad de monitoreo y detección con el fin de leer con mayor claridad las tendencias que las actividades de estos personajes generan y de establecer escenarios que les permitan actuar frente al marco legal y así dar cuenta de los resultados de dichas acciones al margen de la ley. Esta lucha planteada entre “policías y ladrones”, explica Cano, gravita sobre un modelo causa-efecto que asiste las reflexiones de aquellos que generan políticas públicas al respecto. Un paradigma mecánico que se concentra exclusivamente en las prácticas reconocidas y los marcos validados que permiten cierto margen de acción, que supone un contexto conocido y donde el Estado en su función preponderante tiene la capacidad de influir, disciplinar y castigar.«Así las cosas, cuando el marco de acción del analista o de los cuerpos de acción policial se mantienen bajo los paradigmas conocidos y probados, pocas oportunidades para pensar diferente se van a plantear y las propuestas o soluciones que se generen estarán rodeadas de las mismas condiciones que los estándares sugieren», afirma Cano.
En consecuencia, la guerra que se libra a nivel internacional frente a la delincuencia y el fraude, ahora en el contexto digital, requiere una revisión conceptual.«Lo anterior se debe a que los métodos y técnicas que los amigos de lo ajeno desarrollan, no solo llevan implicaciones de comportamiento y conocimiento concreto de la realidad que quieren conquistar, sino la apertura y capacidad de reinventarse en cada instante para lograr el factor sorpresa que destruye la zona cómoda de los analista y revela la limitada capacidad de anticipar, requerida en esta nueva realidad digital, por parte de los entes policiales y organismos multilaterales que asisten estas actividades», concluye Cano.