Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
La aparición de las criptomonedas es un llamado de atención a las superintendencias y entes reguladores, para que definan, cuanto antes, reglas respecto a este tema. Un inconveniente contable que gira alrededor de estas es su presentación en los estados financieros de una empresa.
Aunque la Supersociedades constantemente realiza advertencias en torno a las criptomonedas para que los colombianos no realicen negocios con esta moneda virtual, la realidad es que muchas personas le apuestan a este tipo de movimiento financiero. La entidad pone como ejemplo varios desplomes que se han presentado a través de este medio de pago en mercados internacionales, lo que ha causado pérdidas de entre el 60 % y el 100 % a inversionistas que han adquirido monedas virtuales con cargo a sus tarjetas de crédito.
“Estas invitaciones a invertir están sujetas a los vaivenes de precios, y dependen fundamentalmente de los movimientos que se hagan en mercados virtuales, sin ningún tipo de control ni respaldo institucional por parte de ningún banco central”, explicó el superintendente de sociedades, Francisco Reyes Villamizar, en febrero de este año, en la revista Dinero.
Frente a lo anterior, la Superintendencia está vigilando algunos bancos en el extranjero que están tomando medidas de precaución, tales como restringir la adquisición de criptomonedas a través de tarjetas de crédito, ya que se han presentado casos de personas que se han endeudado con el sector financiero para obtener grandes ganancias en poco tiempo.
Desde el punto de vista de la consultora BDO, las criptomonedas se ajustan a la definición de activos, al incorporar beneficios económicos futuros para la entidad y ser el resultado de un suceso o transacción ocurrido en el pasado. Sin embargo, se presenta un problema cuando se intenta realizar un reconocimiento financiero, ya que no hay un documento o una guía contable que lo sustente, lo que impide que su presentación sea uniforme en el mercado. Entonces, ¿cómo se podría considerar?
De acuerdo con el Concepto 977 de 2017, emitido por el CTCP, el IASB no se ha pronunciado sobre la forma en la que deben ser reconocidas las criptomonedas. Sin embargo, a manera de orientación, sugiere que sean reconocidas como activos financieros.
Juan David Maya Herrera, líder de investigación en Estándares Internacionales, después de realizar una revisión de diferentes lineamientos en torno al reconocimiento de los activos, concluye que una posible solución (al menos temporal, mientras el IASB se pronuncia) sería tratar estos elementos como otros activos no financieros.
Desde el punto de vista de BDO, «existen muchas lagunas en cuanto a la forma en cómo deben reportarse las criptomonedas en los estados financieros, lo que conlleva a que la contabilidad, como lenguaje de negocios, debe ponerse al día para proveer información financiera confiable a empresas e inversionistas».
La ausencia de reglas contables claras incrementa la posibilidad de fraudes contables, especialmente mediante la manipulación de principios de medición y reconocimiento de ingresos. La aparición de las criptomonedas es un llamado de atención para las superintendencias y entes reguladores, para que definan reglas alrededor de este tema, cuanto antes.
Claudio Viloria, contador público, magister en finanzas y docente universitario, dice en www.bancaynegocios.com que, de acuerdo con los Estándares Internacionales, la clasificación adecuada para este tipo de moneda son los intangibles, «ya que su tratamiento es totalmente invisible y la moneda no posee un respaldo de ningún gobierno o estado». Agrega que los profesionales de la finanzas y contaduría deben estar preparados para asumir los nuevos retos que impone la globalización económica.
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