Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
José Antonio Ocampo piensa que el proyecto de reforma tributaria tiene elementos positivos, como el mayor impuesto a los dividendos y la limitación de algunos beneficios a rentas no salariales.
Ve con buenos ojos y le parece justo la creación del impuesto solidario para servidores que ganen más de 10 millones de pesos mensuales.
José Antonio Ocampo, integrante de la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional –ICRICT–, exministro de Hacienda y profesor de la Universidad de Columbia, afirma en entrevista con Actualícese que es claro que el aumento del gasto social es una de las justificaciones básicas de la demanda de recursos tributarios adicionales, a través de una nueva reforma tributaria.
«Este es un tema que va más allá de la coyuntura. Un ejemplo concreto es el de una transición a una renta básica para los hogares pobres y vulnerables que sucedería a los programas de Familias en Acción e Ingreso Solidario. La devolución del IVA también sería permanente, y con los problemas de empleo, el PAEF u otro apoyo tendrán que utilizarse por varios años», opina.
Sobre la propuesta del proyecto de ley que plantea el Gobierno nacional a través de una reforma tributaria de tocar el bolsillo de los colombianos de clase media para que más declaren y paguen impuesto de renta, piensa que la ampliación de la base de contribuyentes es una buena idea, pero la propuesta del Gobierno nacional pone un umbral demasiado bajo. «Es necesario elevarlo en el debate que se presente en el Congreso de la República», piensa.
Al hablar de los tributos enfocados en los más ricos de Colombia, Ocampo piensa que el proyecto de reforma tributaria tiene elementos positivos, como el mayor impuesto a los dividendos y la limitación de algunos beneficios a rentas no salariales. También la revisión del impuesto al patrimonio, que sin embargo debería ser permanente.
Sin embargo, desde su punto de vista el proyecto de ley no propone lo suficiente para garantizar una tributación alta de los sectores de mayores ingresos en el impuesto de renta a personas naturales.
«Este es el tema más critico que resaltó el informe de la Comisión de Beneficios Tributarios convocada por el Gobierno. La tasa efectiva de tributación tiende a reducirse para el 5 % más rico de los hogares y está asociado a bajos tributos sobre ingresos no salariales. La reversión de esta realidad debe ser el objetivo más importante de la reforma», explica.
Al poner la lupa sobre la exenciones tributarias de las personas jurídicas, afirma que algunos beneficios se eliminan, pero quedan varios, incluyendo las tasas preferenciales para ciertos sectores.
«No se hace nada, por ejemplo, en materia de zonas francas, donde la Comisión de Beneficios Tributarios propuso aplicar el sistema general del IVA, una propuesta que no adopta el proyecto de ley. Como el grueso de la producción de las zonas francas se vende en el mercado interno, la tasa más baja de impuestos y el régimen especial de IVA generan una competencia injusta con quienes pagan los impuestos normales», afirma.
«Entiendo que los beneficios a la hotelería se mantienen, sin una razón clara de por qué, y solo se desmonta parcialmente el beneficio que se adoptó en la pasada reforma de permitir descontar los impuestos de industria y comercio del impuesto de renta», agrega.
Por otra parte, Ocampo ve con buenos ojos gravar las pensiones altas y el impuesto solidario para servidores que ganen más de 10 millones de pesos. «Me parece que son justos. El impuesto solidario es una norma de solidaridad que parece justa y en el caso de las pensiones, en Colombia existen dos beneficios: a los aportes y por las pensiones recibidas. En el mundo lo primero es normal, pero no lo segundo», opina.
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