El proceso de reorganización debe entenderse como una alternativa de salvamento para las empresas que presentan problemas financieros y por tal no poseen la capacidad para cubrir las deudas, a través del cual se pretende responder a los intereses tanto del deudor como de los acreedores.
Para las personas naturales, con el Decreto 3274 de septiembre 7 de 2011, se reglamentó la forma cómo pueden declararse en insolvencia financiera durante un plazo de 60 días, prorrogable a 90 días para negociar el pago de sus deudas en mora y evitar embargo y remate de sus bienes.