Ciberseguridad, programas antilavado de dinero e iniciativas para los inversionistas minoristas, son algunos puntos que deben ser evaluados y que presentan un mayor riesgo para ellos y la integridad de los mercados, desde la mirada de la Ocie. Empresas colombianas a tomar nota.
Oscar Elías Herrera, decano de ingeniería TIC de la Universidad Piloto de Colombia, dice que así como en las transacciones físicas hay letra pequeña, la hay también en las de medios digitales; de ahí la importancia de leer muy bien y conocer la política de retracto o devolución en este tipo de comercio.
Para Santiago Castro, presidente de Asobancaria, la gestión de la ciberseguridad debe ocupar un lugar primordial en la estrategia de gestión de riesgos de las entidades financieras, para así salvaguardar el funcionamiento de sus canales y servicios junto a la información de sus clientes.
La ciberseguridad es un requisito a cumplir por todas las empresas, incluyendo las pequeñas y medianas. El sector financiero, específicamente el de los bancos, es uno de los más atacados. Cada uno de ellos debe invertir al año, en promedio, 1.9 millones de dólares para sobreponerse a ciberataques.
El phishing y los malware son modalidades que pueden utilizar los cibercriminales para adueñarse de sus datos personales y financieros, y de esta manera realizar transacciones, compras y pagos a su nombre, sin que usted se dé cuenta, afectando así sus finanzas personales. Tome medidas y protéjase.
Víctor Manuel Muñoz, alto consejero para la transformación digital dio detalles de la afectación que hay en Colombia por cuenta de los ataques cibernéticos.
El sector financiero es una infraestructura crítica que debe ser protegida por sistemas de seguridad que garanticen su continuidad, motivo por el cual se creó este equipo. 677 millones de amenazas cibernéticas se registraron el año anterior en América Latina, lo que indica que en un segundo se cometen 33.
Asobancaria lidera la puesta en marcha del primer Equipo de Respuesta a Incidentes Cibernéticos –CSIRT– (por sus siglas en inglés), un grupo de trabajo encargado de dar pronta respuesta a amenazas en el ciberespacio.
Cifras del Centro Cibernético de la Policía indican que el cibercrimen aumentó en un 28,30 % en el 2017 frente al 2016. Para quienes frecuentemente usan redes sociales para informarse, los mismos usuarios son quienes abren el espacio para que los cibercriminales usen información ajena y cometan actos ilícitos.
Cuando una compañía conoce casos de delitos informáticos, no los denuncia por temor a perder clientes, a que sus acciones en el mercado caigan, o que los hechos relacionados con corrupción y fraude involucren a alguien al interior de la empresa. ¿Por qué el crimen financiero toma fuerza?
Contar con equipos inteligentes, pero sin las debidas medidas de seguridad; al igual que el uso de dispositivos no controlados y las malas prácticas por parte de los empleados, como contraseñas deficientes y navegación insegura, pueden poner en peligro la información de toda compañía.
Emanuel Ortiz, perito en informática forense, analista en seguridad digital y auditoría forense, afirma que la mala aplicación de la Ley 1273 de 2009 evidencia la inoperancia y falta de técnicas para demostrar que un ciberdelincuente puede ejecutar un crimen contra una infraestructura digital vulnerable.