En momentos de reflexión por el confinamiento, surgen cuestiones sobre el impacto y la necesidad de mejorar los niveles de cultura financiera.
Los programas de educación financiera tienen un efecto positivo en el conocimiento de las personas y comportamientos financieros de corto y mediano plazo.
El aprendizaje de las NIIF no puede limitarse a aprender un conjunto de principios y memorizar sendos libros. Debe ser la oportunidad de una verdadera restructuración que implemente una cultura financiera que inicie en los niveles directivos y se irrigue por todas las áreas de la empresa. El papel del contador será impulsar y difundir esta cultura que provee invaluables herramientas, cuya utilización redundará en beneficios.