La Supersociedades emitió una guía con los principales aspectos que deben tener en cuenta las empresas para tratar adecuadamente los impactos del COVID-19 en sus estados financieros.
En este editorial presentamos una síntesis de los puntos abordados por la Supersociedades en su guía.
Los activos de una empresa van perdiendo valorcon su uso, por este motivo, dentro de las políticas contables se debe incluir bajo qué parámetros debe ser reconocida y contabilizada su depreciación, para que la información financiera guarde correspondencia con la situación real al no ser sobreestimado el valor de los activos.
El Consejo Técnico de la Contaduría Pública –CTCP– fue consultado acerca de la posibilidad de que una empresa que suspendió sus actividades productivas a raíz de la emergencia sanitaria causada por el nuevo coronavirus (COVID-19) pueda detener temporalmente la depreciación de sus activos.
Para responder dicha inquietud, el CTCP explicó que, de acuerdo con los requerimientos de la NIC 16 (párrafos 52 y 55) y la sección 17 del Estándar para Pymes (sección 20), las entidades siempre deben contabilizar su depreciación, “incluso si el valor razonable del activo excede su importe en libros, incluso si el activo se encuentra en mantenimiento, o incluso cuando el activo esté sin utilizar”.
Por consiguiente, si una entidad no utiliza un método de depreciación basado en el uso, deberá estimar el importe de depreciación conforme al método que haya establecido.
Mediante el Concepto 418 de abril 22 de 2020, el Consejo Técnico de la Contaduría Pública –CTCP– se pronunció para señalar que las únicas circunstancias en las que puede cesar la depreciación del activo se presentan cuando el importe en libros de la propiedad, planta y equipo es igual o inferior a su valor residual, cuando se encuentre depreciado en su totalidad o cuando se utilice un método de depreciación en función del uso, por ejemplo, el de unidades producidas. Según lo anterior, la depreciación no debe suspenderse por el hecho de que el activo no se esté utilizando a causa de la pandemia.
Debido al COVID-19, la mayoría de empresas han tenido que suspender sus operaciones y, por tanto, dejar de percibir ingresos.
Frente a esta situación, analizamos, a la luz de las normas contables y fiscales, si estas empresas deben seguir depreciando los activos que no estén utilizando.
¿Qué métodos de depreciación pueden utilizar las microempresas?
Para la elaboración de los estados financieros deben realizarse varios ajustes a la partida de propiedad, planta y equipo.
Dichos ajustes difieren si la partida se mide por el modelo del costo o por el modelo de revaluación. A continuación, los explicamos.
De acuerdo con los nuevos marcos contables, ¿es correcto proceder con el cálculo de deprecación de un edificio?
En la sentencia C-606 del 11 de diciembre de 2019 la Corte declaró exequible el artículo 128 del ET, modificado con la Ley 1819 de 2016.
Por tanto, el gasto por depreciación solo es permitido para quienes lleven contabilidad, ya sea de forma obligatoria u opcional.
Activos denominados fiscalmente de menor cuantía serán los de costo igual o inferior a 50 UVT, equivalentes a $1.780.000 en el año 2020, por cuanto el valor de la UVT es de $35.607.
La vida útil fiscal de un activo debe calcularse siguiendo la técnica contable, sin exceder las tasas de depreciación señaladas en el parágrafo 1 del artículo 137 del ET.
En muchos casos, lo más conveniente es unificar ambas vidas útiles. En este editorial le explicamos por qué.
Para la elaboración de los estados financieros debe verificarse que la propiedad, planta y equipo en tránsito o en montaje está clasificada adecuadamente.
Por su parte, la depreciación de la propiedad, planta y equipo deberá iniciar cuando el activo se encuentre en condiciones de operar.