De manera general la valorización implica un aumento en el valor de un activo con el fin de reflejar su valor de mercado actual. Su cálculo se realizará en la medida en que se tengan identificadas las partidas correspondientes y se realice una medición inicial sobre estas.
Entre los distintos métodos de depreciación contenidos en la sección 17 del Estándar para Pymes se encuentra el método de depreciación decreciente. En este editorial lo analizaremos.
El concepto de depreciación hace referencia a la disminución del valor de los activos que reposa en los libros de contabilidad; dicha disminución de valor da cuenta del desgaste o deterioro de los bienes, como resultado de su uso o inutilización.
Vender activos es una decisión común para el aumento de liquidez; el tratamiento que se le da a estos activos durante el proceso de venta dependerá del grupo al cual pertenezca la compañía que prepara la información financiera.
El párrafo 17.20 de la NIIF para pymes, indica que la depreciación inicia cuando el activo está disponible para ser utilizado, cuando se encuentre listo en las condiciones esperadas y requeridas por la gerencia.
Métodos de depreciación existen varios; sin embargo, lo más común en las organizaciones colombianas es el uso del modelo de línea recta, que en muchos casos desconoce la razón de ser de la deprecación. El Decreto 2649 de 1993 establece que la depreciación refleja la forma como el activo contribuye a generar beneficios económicos a la entidad.
Una entidad utilizará, el modelo de valor razonable para los activos biológicos si dicho valor es fácilmente determinable, sin costo o esfuerzo desproporcionado; de lo contrario, se medirá al costo-depreciación-deterioro, y se amortizará en los períodos pertinentes.
En primera instancia es importante tener presente que un bien será reconocido como Propiedad, Planta y Equipo sí y solo sí: