El principal daño de las autoridades administrativas, con la Dian a la cabeza, es concebir y llenar de reglas a los contadores como si fueran oficiales de cumplimiento, para lo que no se les forma. Esta manera de aprovechar a estos profesionales les ha hecho perder el norte.
En Colombia todos nos sentimos capaces de ser empresarios, pero no tenemos idea de qué supone este rol. Un 70 % cesa en su empeño al cabo de tres años. Esto lo comprueban los contadores que trabajan con industrias de soñadores que ignoran las exigencias de la infraestructura empresarial.
Será fundamental analizar si la propuesta de las NIA para entidades menos complejas puede ser el marco técnico apropiado para desarrollar la Ley 1314 de 2009 sobre aseguramiento de información de nivel moderado.
En esta opinión se exponen aspectos importantes por considerar.
Hemos indicado varias veces que el parágrafo del artículo 10 de la Ley 43 de 1990 fue derogado por el actual Código Penal. Adviértase que hoy en día se investiga por falsedad intelectual a todo el que está, como los contadores, obligado a declarar la verdad.
Es probable que la facturación electrónica para efectos tributarios ayude a reducir las trampas, pero también alejará a los informales de cambiar de estatus. En la medida en la cual el Estado ha ganado posibilidades, los declarantes han perdido su intimidad.
En Colombia incurrimos en un error al establecer la diferencia entre el precio y el valor en libros y no entre el precio y el valor razonable. Otra deficiencia consiste en valorar solo una parte de los patrimonios que participarán en la fusión, lo que da lugar a relaciones de intercambio incorrectas.
Puede que algunos contadores no realicen a través de sus firmas acciones de lavado de activos, pero sí conciban y aconsejen prácticas ilícitas a sus clientes, por lo que este tema deberá ser parte de un análisis frecuente.
El ejercicio de la profesión contable en materia tributaria se puede observar en todos los países del mundo.
Desafortunadamente parece que el sentido de la práctica es dar cumplimiento a las normas legales, más que hacer evaluaciones de orden económico sobre los mismos o gestar posiciones respeto de ellos.
En otras partes del mundo la profesión se pregunta por los nuevos servicios a ofrecer, de manera que su fama, calidad y efectividad sean motivo para que las personas adquieran esas novedades. Aquí en Colombia, con torpeza, se piensa en modificar las leyes, porque vivimos en desarrollo de exigencias.
Una ventaja muy importante de los contadores es su capacidad de considerar la empresa como un todo y no como un mero conjunto de partes. Ellos saben que lo que se hace de un lado tiene efecto en otro. Son expertos en correlaciones. Los buenos contadores cuidan la sincronía de las actividades.
En esta opinión Bermúdez identifica dos tipos de contadores en Colombia en su ejercicio profesional. El contador A, cuyos servicios no pasan de ser técnicos, y el contador B, capaz de aportar análisis, evaluaciones e innovaciones.
Existen muchos contables que no están de acuerdo con las obligaciones en materia de lavado de activos. Para nosotros lo realmente odioso es la falta de generalidad de la ley, porque todos deberíamos tener las mismas obligaciones de denuncia y ser objeto de los mismos castigos en caso de infracción.